El Papa Francisco ha recibido esta tarde en audiencia privada al grupo de mujeres separadas “Santa Teresa” de la diócesis de Toledo.
Este encuentro tiene su origen en una carta que este grupo de mujeres escribía al Santo Padre el pasado mes de abril y que entregaba el arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez, al Papa personalmente con motivo del 125 aniversario del Colegio Español de Roma.
Este grupo está formado por 35 mujeres que se encuentran separadas o divorciadas y que son atendidas por la delegación de familia y vida de la diócesis. Se reúnen mensualmente en la parroquia de San Juan de la Cruz de la ciudad de Toledo. La reunión comienza siempre con un rato de adoración al Santísimo y después se desarrolla el encuentro fraterno para tratar temas de interés para todas.
Mons. Braulio Rodríguez, tras el encuentro con el Papa, ha manifestado “que ha sido un encuentro sencillo en un ambiente distendido que ha durado hora y media y en el que las mujeres han entrado en diálogo con el Santo Padre a través de una serie de preguntas”.
El arzobispo de Toledo no ha podido disimular su emoción al manifestar que “el propio Papa nos ha agradecido el haber venido cuando se trata de todo lo contrario; somos nosotros los agradecidos porque se trata de algo impagable”.
Todas las mujeres que forman el grupo han sufrido durante la separación o divorcio y han encontrado en la Iglesia una respuesta y atención a su situación concreta.
“Este encuentro ha tenido lugar casi sin quererlo porque tras entregar una carta de este grupo de mujeres, junto a otra mía, al Papa, ha sido el propio Francisco quien ha mostrado interés en conocer personalmente cómo se trabaja pastoralmente en este ámbito” ha subrayado Mons. Braulio Rodríguez. Y ha puntualizado: “Este trabajo forma parte de nuestro plan pastoral diocesano que quiere responder ante los problemas reales que existen en nuestra sociedad”.
Esperanza Gomez-Menor es una de las mujeres que ha sido recibida por el Papa y manifiesta que “se ha tratado de una experiencia genial donde hemos encontrado a un padre que nos ha escuchado con cariño y con una sencillez absoluta”. Esta madre de dos hijos ha preguntado al Papa cómo acertar en la educación de los hijos cuando los criterios de los padres son diversos a la hora de inculcar valores. “El Papa nos ha insistido en que desde el amor hemos de educar a nuestros hijos a amar y respetar a todo el mundo y que hemos de rezar por nuestros exmaridos”.
Miguel Garrigós es el delegado de familia y vida de la diócesis de Toledo y, junto con otros sacerdotes, coordina estas reuniones mensuales que se enmarcan dentro de las pautas que han surgido del plan pastoral diocesano. “El Papa nos ha insistido en que no tenemos vocación (como humanos) de permanecer heridos. Hemos de acostumbrarnos a vivir con la cicatriz, ya que da dignidad porque ha habido un sufrimiento detrás y nos ha puesto el ejemplo de las arrugas de los ancianos que dignifican a quienes las poseen”.
La emoción del delegado de familia también se manifiesta cuando subraya una de las frases del Papa en este encuentro: “El perdón es difícil, pero va a la herida y a quién hirió. Es un camino y es una gracia de Dios. Creo que no se puede perdonar sin una gracia de Dios”.
“El Papa ha pedido al grupo de mujeres Sta. Teresa que lean íntegramente la exhortación apostólica Amoris Laetitia y con especial énfasis el capítulo cuarto” explica el delegado de Familia y Vida.
Otra de las mujeres que se ha encontrado con el Papa es la talaverana Isabel Diaz que ha preguntado al Santo Padre acerca del papel de las mujeres separadas y divorciadas en la Iglesia. “El Santo Padre nos ha insistido en que, con nuestra experiencia, podemos ayudar a los separados a vivir este sufrimiento y, sobre todo, nos ha remarcado insistentemente que la Iglesia nos arropa y abraza”.
Para Isabel el encuentro con Francisco se resume en los siguientes términos: “ha sido tener la experiencia de estar con un amigo y era como si estuviéramos en una de nuestras reuniones mensuales. Francisco ha sido muy cercano y muy amoroso con nosotras”.
El grupo de mujeres ha regalado al Papa una encuadernación formada por las cartas personales que cada una de ellas ha escrito al Santo Padre, donde también han incluido dibujos realizados por sus hijos, además de un cuadro de damasquino y dos publicaciones propias de la delegación de familia y vida en su trabajo pastoral con padres jóvenes en la educación de los hijos.
Por su parte el Santo Padre les ha regalado un rosario haciendo entrega de cada uno de ellos a todas las mujeres que han participado en este encuentro.
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