Noticias


Artículo de don Francisco Cerro en el 60 aniversario de la ordenación episcopal del cardenal don Marcelo

Archidiócesis de Toledo

El pasado 5 de marzo, el periódico L’Osservatore Romano   publicaba un artículo del Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves. Esta publicación tenía ocasión con motivo de los 60 años de ordenación episcopal del cardenal don Marcelo González Martín, quien confirió la ordenación sacerdotal a Mons. Cerro Chaves el 12 de julio de 1981 en la Catedral Primada.

A continuación se ofrece el artículo en español.

 

Evangelio vivo para los Pobres

A los 60 años de la Ordenación Episcopal
del cardenal Marcelo González Martín

El 5 de marzo de 1961, tercer domingo de cuaresma, en la iglesia catedral de la ciudad española de Valladolid recibía la Ordenación Episcopal un joven presbítero, natural de Villanubla, que había dedicado los primeros años de su ministerio en anunciar el Evangelio de Jesucristo tanto con la palabra, predicador incansable, como con las obras, promotor de múltiples iniciativas pastorales de caridad.

La Santa Iglesia lo había escogido para pastorear al pueblo de Dios en Astorga. Su nombre: Marcelo González Martín (1918-2004). Su escudo: los anagramas de Acción Católica y de Cáritas, coronados por una estrella. Su lema: «Pauperes evangelizantur». He aquí, en síntesis, su programa y su vida.
En el recordatorio del día de su Ordenación, al referirse a su lema episcopal, escribía, de su puño y letra, estas palabras: «Ayudadme con vuestras oraciones para que, con vivo amor a Dios y a la Iglesia, pueda cumplir siempre lo que de mí piden estas santas palabras».

El motor de su actividad y de su vida era un amor vivo a Dios y a la Iglesia. Amaba a la Iglesia de Dios con pasión; amaba a su presbiterio diocesano, poniéndose siempre a su disposición y suplicándole que remarán todos al unísono para que la barca de la diócesis llegará al puerto firme, que es Cristo.
Su pensamiento y su suprema ilusión para con el clero, tal como expresó en la catedral de Astorga durante la homilía pronunciada el día de su toma de posesión en la solemnidad de san José, era formar un equipo entrañable uniendo las manos, el corazón y el pensamiento para trabajar por el bien de la diócesis.

Manos, corazón y pensamiento de los pastores para ser luz y sal de la tierra a fin de que los laicos, viendo el ejemplo de los servidores del Pueblo de Dios, dieran testimonio del Evangelio, tanto con sus palabras como con sus obras, fieles al mandato del Señor: «Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5, 16).

Esas buenas obras que glorificaban al Padre celestial, en palabras del obispo Marcelo, eran una predicación silenciosa para que todos vieran en Cristo la única solución a los males que el mundo padece. Y esa caridad predicada se hizo efectiva, durante toda la vida del que fue primado de España, en obras de caridad organizada, en obras de caridad social, para darle al pobre, junto al pan de cada día, el pan que contiene en sí todo deleite.

El Cardenal Marcelo González Martín quiso encarnar en su vida la Buena Nueva de Jesucristo haciéndose Evangelio vivo para los pobres. Por eso, en sus años de ministerio episcopal, allá donde la Sede Apostólica lo llamó a servir, ya sea en Astorga, en Barcelona o en Toledo, buscó, a tiempo y a destiempo, cumplir aquellas palabras de su lema, que para él eran santas: «Pauperes evangelizantur».

+ Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo y Primado de España

 

Pin It
Cáritas Toledo
Delegación de Familia y Vida
Delegación de Apostolado Seglar
Delegación de Catequesis