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“Cantemos el anuncio de la Pascua con un estilo de vida humilde y fecundo de buenas obras”

Mons. Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo y Primado de España, ha presidido la solemne misa de la Pascua de Resurrección en la Catedral Primada en la mañana de hoy. Ha estado acompañado por los miembros del Cabildo Primado que han concelebrado en la ceremonia litúrgica.

Al finalizar la celebración, el Primado ha impartido la bendición papal a los asistentes a la solemne eucaristía.

Don Braulio Rodríguez ha dado comienzo a su homilía con la felicitación pascual: “Os deseo, pues, una feliz Pascua. Anoche, en la gran Vigilia Pascual, volvimos a celebrar la gloria pascual con el toque de las campanas con un signo típico de esta Catedral: uno de los seises llega hasta el Arzobispo con un cordero blanco, adornado con cascabeles. Es el Cordero pascual.”

 

El Arzobispo asperja la asamblea con agua bendita al comienzo de la Misa

 

Sacrificio del Cordero Pascual

El Primado ha glosado el sentido del sacrificio del cordero pascual: “El sentido de este sacrificio suyo, lo había anticipado Él mismo durante la Última Cena, poniéndose en el lugar –bajo las especies de pan y vino –de los elementos rituales de la cena de Pascua. Así, podemos decir que Jesús, realmente, ha llevado a cumplimiento la tradición de la antigua Pascua y la ha trasformado en su Pascua.”

 

Panes ázimos de la Pascua

De igual manera, el Prelado ha querido ahondar en la explicación de los panes ázimos a los que se refiere el apóstol San Pablo: “Los Ázimos eran un símbolo de purificación: eliminar lo viejo para dejar espacio a lo nuevo. Ahora, como explica san Pablo, también esta antigua tradición adquiere un nuevo sentido, precisamente a partir del nuevo “éxodo” que es el paso de Jesús de la muerte a la vida eterna. Y, puesto que Jesús, como el verdadero Cordero, se ha sacrificado a sí mismo por nosotros, también nosotros, sus discípulos –gracias a Él y por medio de Él– podemos y debemos ser “masa nueva”, “Ázimos”, liberados de todo residuo del viejo fermento del pecado: ya no más malicia y perversidad de nuestro corazón.”

 

El deán del Cabildo Primado transmite la felicitación pascual al Arzobispo

 

Nadie nos separa del amor de Dios

Mons. Rodríguez Plaza ha subrayado la presencia de Cristo vivo entre nosotros: “Este es precisamente el núcleo fundamental de nuestra profesión de fe; éste es hoy el grito de la victoria que nos une a todos; y si Jesús ha resucitado, y por tanto está vivo, ¿quién podrá jamás separarnos de Él? ¿Quién podrá privarnos de su amor que ha vencido al odio y ha derrotado la muerte?

 

El Arzobispo Primado durante su homilía de Domingo de Pascua de Resurrección

 

Que se propague el anuncio de la Pascua

Sus últimas palabras, durante la homilía, han sido de alabanza a través del canto del Aleluya: “Que el anuncio de la Pascua se propague por el mundo con el jubiloso canto del Aleluya. Cantémoslo con la boca, cantémoslo, sobre todo, con el corazón y con la vida; con un estilo de vida “ázimo”, esto es, simple, humilde y fecundo de buenas obras.”

 

El texto completo con la homilía se puede descargar en este enlace.

 

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