La propuesta pastoral presinodal de la Archidiócesis sigue continuando su labor de ir profundizando en las distintas vocaciones que conforman el Pueblo de Dios: vocación laical, vocación a la vida consagrada y vocación sacerdotal. Todo ello con las miras puestas en el próximo Sínodo Diocesano que el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, convocará para el año 2025.
Uno de los complementos de la propuesta pastoral presinodal es la creación de un reducido equipo de trabajo, que ha comenzado a reunirse para “realizar un ejercicio de discernimiento, descubriendo lo que Dios quiere de nosotros como Iglesia diocesana”. Así lo manifiesta el vicario episcopal para laicos, familia y vida, D. Enrique del Álamo. La primera reunión fue el pasado 21 de enero, celebrada en los salones de la delegación diocesana de Apostolado Seglar.
Del Álamo subraya, igualmente, que el itinerario que se está siguiendo en la propuesta pastoral presinodal “nos ayuda, como comunidad diocesana a conocer mejor las riquezas de cada una de las vocaciones y a la vez a poner en valor la complementariedad de ellas, cómo nos necesitamos unos a otros“.
Temas y líneas de trabajo de cara al Sínodo Diocesano
La finalidad del trabajo en común de este equipo de trabajo es la de ofrecer conclusiones que serán presentadas a Mons. Francisco Cerro para que puedan ser tenidas en cuenta a la hora de plantear diferentes temas y líneas de trabajo en la realización del Sínodo Diocesano. D. Enrique del Álamo subraya que “nuestro cometido simplemente es un ejercicio de discernimiento comunitario“.
En cada una de las sesiones se plantean una serie de interrogantes, para que, tras un ejercicio de oración y discernimiento, “seamos capaces de ordenar, nombrar y ver lo bueno que tenemos como Iglesia Diocesana para seguir potenciándolo y a la vez, ver nuestras carencias y dificultades para poner los medios necesarios para superarlas”. Así lo explica D. Enrique del Álamo.
Este equipo está formado por los tres vicarios episcopales personales: D. Raúl Muelas, vicario para la Vida Consagrada; D. Carlos Loriente, vicario para el Clero; y D. Enrique del Álamo, Vicario para Laicos Familia y Vida. Del mismo modo hay un grupo de 7 sacerdotes, 3 miembros de la Vida Consagrada y 10 laicos. Cada uno de los miembros del equipo se encuentran de manera personal; de tal manera que no representan a ningún movimiento, asociación o colectivo.
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