La toledana parroquia de san Juan de la Cruz ha acogido, en la tarde de este jueves 16 de mayo, la celebración del Día del Misionero Diocesano. Contó con la presencia de Mons. Francisco Cerro Chaves, arzobispo de Toledo, quien estuvo acompañado del arzobispo emérito, Mons. Braulio Rodríguez Plaza y del obispo-prelado de la Prelatura de Moyobamba (Perú), Mons. Rafael Escudero López-Brea.
La celebración daba comienzo a las 7 de la tarde con una vigilia de oración en la que el sacerdote misionero Rafael María Contreras compartía su testimonio de trabajo en las misiones. Este presbítero diocesano recibe la ordenación sacerdotal en junio de 2014; tras un período de trabajo pastoral en las parroquias de Alía y La Calera, se traslada a la prelatura de Moyobamba en 2016. Actualmente, atiende la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen en Saposoa, de la prelatura peruana.
Viviendo una jornada de oración y agradecimiento por nuestros #misionerosdiocesanos, junto a nuestro arzobispo @obispofcerro.#testigosvalientesdelevangelio #toledodiocesismisionera #DiaMisioneroDiocesano pic.twitter.com/0qgQ2QAuB2
— Misiones Toledo (@MisionesToledo) May 16, 2024
Vocación misionera
D. Rafael María Contreras compartía, durante la vigilia misionera, su experiencia de voluntariado en las misiones durante el año 2008, momento en el que decide ingresar en el Seminario Mayor, tras haber vivido un encuentro personal con Jesucristo, a raíz de una peregrinación al santuario mariano de Fátima, en 2006.
Él mismo explicaba sus impresiones en la primera experiencia misionera, en Moyobamba: “Me impresionó la pobreza tan grande de la gente y sobre todo la sed de Dios y como los misioneros ponían la Eucaristía, el Santísimo Sacramento, en el centro de la misión. En este contexto vi la invitación de Dios a seguir el camino del sacerdocio misionero“.
Igualmente, compartía dos profundos momentos que le dejarían un recuerdo imborrable durante sus primeros meses como misionero: la atención a un enfermo terminal que había llevado una vida de maltrato y cómo, al final de su vida, solicitaba el sacramento de la Confesión; y la lluvia torrencial que experimentó y cómo todo el pueblo se movilizó para ayudarle.
Tres miradas en la vocación misionera
La segunda parte de la celebración fue la celebración de la Misa, presidida por Mons. Francisco Cerro, quien en su homilía glosaba su experiencia misionera desde tres miradas:
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