El escrito semanal del Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, lleva por título “El arte de cuidar la casa común”. En el texto el Primado hace referencia al Sínodo de los Obispos de la Amazonía que será clausurado el próximo domingo, 27 de octubre.
A colación de este evento de la Iglesia universal, Don Braulio afirma: “Me interesa, por ello mismo, hablar del cuidado de la casa común, abierta para todos los humanos, pues sin este cuidado, todo se volverá contra nosotros, sobre todo contra los más pobres.”
Conseguir la reconciliación con la Tierra
Mons. Rodríguez Plaza subraya que “en nuestro mundo, sin embargo, hay gente que lucha por todo lo contrario, como el Papa Francisco y otros muchos. No se trata de volver todos al campo, a los pueblos vacíos, sino es otra realidad la que hemos de perseguir. Es conseguir una reconciliación con la tierra, con el prójimo, con Dios: un camino que se fundamenta en el reconocimiento del lugar que nos corresponde en la inmensidad del universo. El carácter destructivo de nuestro cacareado “progreso” no siempre ha sido evidente, sino que, despreciando todas las actividades agrarias y sus sensibilidades, sólo pensamos en la oferta de recursos naturales que no basta para nuestras demandas de ellas.”
El Arzobispo de Toledo menciona una serie de circunstancias actuales relacionadas con el medio ambiente, con el cuidado del planeta: “Pensemos, por ejemplo, en la erosión y el envenenamiento del suelo, la contaminación y el agotamiento del agua, el fuego para, engañosamente, tener nuevas disponibilidades de recursos, sin pensar en los habitantes del medio donde están esos recursos. La deforestación de la Amazonía, pues, no es algo sin importancia, porque, además despreciamos a los nativos, como nos reímos de los que viven en el medio rural de nuestra patria; con la destrucción de las comunidades rurales, que se despueblan por no atender a un desarrollo sostenible, que vea posibilidades para no abandonar nuestros pueblos.”
Ecología humana
En la parte final de la reflexión semanal, Don Braulio insiste en sustentarnos en la verdad: “Si huimos de la verdad, ¿de quién nos fiaremos? Es más cómodo decir que un hombre puede ser hombre o mujer cuándo y cómo quiera. Pero eso es una mentira, porque la biología es determinante: una mujer es una mujer y un hombre es un hombre. ¿Qué reflexión harán quienes aceptan la ideología de género sin una actitud meramente crítica?”
Para acceder al texto íntegro del escrito semanal: pinchar aquí.
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