Mons. Braulio Rodríguez Plaza dedica su escrito dominical de esta semana a reflexionar ante el grave problema social que se ha generado en Cataluña y en España ante los últimos acontecimientos socio-políticos en esta comunidad autónoma. Para ello pide oraciones a todos sus diócesanos para que se encuentre una solución pacífica ante la tesitura social actual.
Acontecimientos Pasados
Al comienzo de su reflexión, el arzobispo de Toledo, hace memoria de acontecimientos pasados: “No viví ciertamente aquellos años de ruptura entre españoles (1931-1939), pero sí las consecuencias de no quererse los unos a los otros. Era bueno comprobar que esa situación terminaba y empezaba otra. Y no es que todo este tiempo, desde 1978 hasta hoy, haya sido una balsa de aceite. Muchos problemas, muchas incertidumbres, pero hemos tenido una vida “normal” con alternativas y vaivenes, discusiones y luchas, pero me parecía a mí que eran idos los tiempos donde los dirigentes de los partidos políticos llevaban a nuestro pueblo a enfrentamientos de enemigos irreconciliables que, desde la primera República Española en el siglo XIX, buscaban los unos la desaparición de los otros, o su persecución por ideas o tendencias o defensa razonada de posiciones políticas”.
Valor de la Carta Magna
Don Braulio subraya el valor de la Carta Magna de todos los españoles al afirmar que: “El punto de referencia ha sido en todos estos años el ordenamiento jurídico del Estado que nos hemos dado todos, como posibilidad de entendimiento, esto es, la Constitución Española.”
Crispación Social
El Sr. Arzobispo advierte: “Desde hace algunos años presiento que el horizonte está cambiando y que la gente empieza a sufrir de nuevo las veleidades y las tomas de decisiones de políticos que tantas veces no buscan siempre el bien común (…) Y se deja de pensar en el conjunto, en lo que somos todos y se piensa más en “lo mío”, “lo nuestro”, “en mi gente” y en sus exigencias, que muchas veces son simplemente las de este o aquel partido político y que no todo el mundo comparte”.
Unidad de España
Y ante los últimos acontecimientos, ocurridos en Cataluña, hace saber: “Yo no sé si se debe reformar la Constitución y tampoco me escandalizaré, si se hace. Pero me apena muchísimo -y me indigna- que empecemos de nuevo a no tener un punto de referencia que nos sirva para resolver y no para romper. Es mejor estar juntos que disgregados, es mejor abrir que cerrar, es mejor escuchar que chillar, es mejor acoger que rechazar. Es mejor una España unida, por muy diversa que sea, que desgajada en partes, aunque esas partes tengan peculiaridades muy ricas y que han de tenerse en cuenta“.
En una explícita mención a la situación socio-política de Cataluña ha afirmado: “Me parece un error que la presidencia de la Generalitat de Cataluña haya roto en el Parlamento catalán con la Constitución Española y pretenda independizarse. La unidad de España no solo es mejor que la ruptura, sino que además esa acción del gobierno catalán olvida los sufrimientos de los catalanes y de otros españoles en aquella guerra civil, a los que también contribuyó el intento de separación de entonces. La separación posible de ahora traerá también dolor y sufrimientos. Cada uno de nosotros tiene su culpabilidad, pero sin equidistancias: cada uno tiene la suya según su responsabilidad.”
Para leer el texto completo del escrito dominical: pinchar aquí.
© Copyright 2017 Arzobispado de Toledo | Aviso Legal | Política de Privacidad | Cookies