Mons. Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo, dedica su escrito semanal a la XV Asamblea General Ordinaria que daba comienzo ayer, 3 de octubre, en la ciudad de Roma. Don Braulio quiere que prestemos atención al trabajo de los obispos reunidos estos días para abordar el tema de este Sínodo: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
El Primado nos indica lo siguiente: “Los que no participamos en las sesiones del Sínodo, podemos hacer también muchas cosas. En este sentido, he visto que en un reciente encuentro del Papa Francisco con jóvenes en la catedral de Vilna (Lituania), el Santo Padre dijo cosas interesantes que os propongo para pensar y reflexionar… y para orar.”
No caminar solos
En este sentido, Don Braulio nos recuerda las palabras del Papa en su reciente viaje a Lituania: “No me salvo yo solo, estamos interconectados, estamos todos “en red”. El Papa os dice a vosotros, cristianos jóvenes, que no permitáis que el mundo os haga creer que es mejor caminar solos. Solos no se llega a ninguna parte (…) Lo más fácil es ceder a la tentación de ensimismarnos, de mirarnos y volvernos egoístas o superficiales ante el dolor, la dificultad o el éxito pasajero.”
Formación en comunidad
Mons. Rodríguez Plaza ha querido igualmente subrayar la importancia de la formación grupal: “Y luego está la oración, la Misa, la catequesis o formación en grupo. Todo lo cual sirve para no encerrarse en la inmanencia de este mundo. La oración, por ejemplo, os abre a la escucha y a la interioridad, e impacta vuestra sensibilidad para el discernimiento, siempre necesario en la vida.”
La vida cristiana, aventura apasionante
Don Braulio también ha querido subrayar parte de la realidad actual en la sociedad: “Cuántos jóvenes sin oportunidades, cuántas víctimas de la depresión, el alcohol y las drogas. Cuántos suicidios. Cuántos mayores solos, sin nadie con quien compartir. Jesús os invita a salir de vosotros mismos. Os aseguro que la vida cristiana es una aventura apasionante. El Papa os alienta a decidiros por Jesús. A abrazar la causa del Evangelio, de la humanidad (…)Tenéis que experimentar en vosotros que, si le entregamos la vida del Señor, siempre vencerá en nosotros el buen trigo, y sentiremos la alegría del Evangelio, alegría única.”
Para leer el texto completo del escrito dominical: pinchar aquí.
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