El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha presidido la solemne misa de pontifical con motivo de la fiesta de la Inmaculada Concepción. La celebración ha tenido lugar en el Altar Mayor de la Catedral Primada a las 12h.
Junto al Primado ha concelebrado el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro; también han participado los miembros del Cabildo Primado y el grupo de diáconos permanentes que se encuentra en la ciudad de Toledo con motivo del XXXIII encuentro nacional organizado por el Comité Nacional para el Diaconado Permanente, dependiente de la Comisión Episcopal del Clero.
Don Braulio ha comenzando su homilía glosando la fiesta y la historia del secular dogma de la Purísima Concepción de María: “El dogma de la Inmaculada es un regalo. Y así se vive en el Pueblo cristiano, porque despierta en muchas personas un sentimiento de alegría (…) Por eso, reitero, el Pueblo cristiano ha sentido siempre esta fiesta de la Inmaculada Concepción de María como algo muy cercano y muy profundo.”
María Inmaculada, inicio de la nueva creación
El Arzobispo de Toledo ha subrayado las características de la Inmaculada: “Ella es el gran signo que Dios ha querido poner delante de nosotros para que sea el estandarte que abra el camino de nuestra marcha. Ella es inocencia, bondad, fortaleza, generosidad y armonía; Ella es el principio de la humanidad renovada y rehecha por Cristo, como nos dicen las lecturas de esta fiesta.”
Ella es tierna, pero no blanda
Igualmente, Mons. Rodríguez Plaza ha querido matizar varios aspectos de la vida de María: “La Virgen María es tierna, pero no blanda. Por dentro es toda decisión y fortaleza. Es verdad que tuvo desde el principio la gracia de Dios, pero sin duda que en aquel mundo suyo le costaría un martirio despegarse de las creencias y comportamientos más comunes de su época para seguir las inspiraciones que el Señor le iba descubriendo y pidiendo desde el fondo de su alma.”
Acercarnos a la respuesta de la Virgen Inmaculada
El Arzobispo Primado ha querido concretar varios aspectos a tener en cuenta de cara a imitar la figura de María: “No podemos aceptar los ideales paganos de vida que respiramos continuamente. Empleando tiempo y la vida en hacer el bien a los demás en nombre del Señor, nos acercaremos a la respuesta de la Virgen Inmaculada. A Ella dirigimos nuestro corazón en esta fiesta de optimismo y confianza.”
Al finalizar la concelebración eucarística, el Arzobispo de Toledo ha impartido la bendición papal a todos los que han participado en la solemne ceremonia de la Inmaculada Concepción.
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