El Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, dedica su escrito semanal, del IV Domingo de Adviento, a abordar la celebración de la Navidad. El Prelado subraya lo que significa la celebración de los próximos días: “En Navidad podemos “sentir” y “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación. Esta es una llamada a seguir a Jesús en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz. Es una llamada, pues, a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos más pobres. Puede leerse con detenimiento Mt 25, 31-46.”
Dios no nos deja solos
Seguidamente, tras mencionar la reciente Carta Apostólica “Admirabile Signum” del Papa Francisco, Don Braulio invita a reflexionar y preguntarnos: “Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento de la historia? ¿Por qué amo y por qué sufro? ¿Por qué he de morir? Justamente para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre.”
Los pobres son los privilegiados del Misterio de la Navidad
Mons. Rodríguez Plaza invita, igualmente, a meditar en la elección de los pastores, los privilegiados en la adoración a Jesús Niño: “Tenemos la costumbre también de poner en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de los mendigos y de gente sencilla que no conoce otra abundancia que la del corazón. Ellos también están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada para Jesús, que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto. No olvidemos que, de hecho, los pobres son los privilegiados de este misterio de Navidad y, a menudo, aquellos que son capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros.”
Felicitación y Oraciones
Don Braulio concluye su escrito semanal invitando a celebrar la Navidad con auténtico espíritu cristiano, sin dejar de encomendar a todos sus diocesanos y felicitarles por el nacimiento del Salvador: “No perdamos un año más la oportunidad de vivirla de verdad con espíritu cristiano. No abunda tanto en nuestra sociedad este espíritu cristiano de la Navidad. Yo les deseo lo mejor para esta conmemoración de 2019. Y pido por todas las familias, por los padres, hijos, abuelos; y por los que están enfermos y lo pasan mal por tantas causas; y por lo que se sientan solos, como si nadie les quisiera. Cristo llega y llena el corazón. Feliz Navidad para todos.”
Para acceder al texto completo del escrito semanal: pinchar aquí.
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