El arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha presidido los actos litúrgicos del Domingo de Ramos en la Santa Iglesia Catedral Primada. La ceremonia comenzaba a las 11h en el Atrio de la Puerta del Reloj con la bendición de ramos y palmas; seguidamente ha tenido lugar la procesión litúrgica para finalizar con la Misa en el Altar Mayor del Templo Primado.
Don Braulio ha comenzado glosando la liturgia de este día y explicando lo que entraña la celebración de la entrada de Jesús en Jerusalén: “Ciertamente se da una paradoja en la liturgia del Domingo de Ramos, un contraste fuerte entre las aclamaciones de la entrada de Jesús en Jerusalén en procesión con palmas y ramos; entre estas aclamaciones al Hijo de David y la Eucaristía con la lectura de la Pasión. Pero comienza este Domingo la fiesta de las fiestas, porque la Iglesia recibe al Rey, su Esposo, porque su Rey está en medio de ella. Con Él ha llegado al puerto de salvación.”
Identidad de Jesús
El Primado prosigue analizando la actitud de Jesucristo: “Si observamos el comportamiento del Señor durante su vida mortal, veremos que se empeñó manifiestamente en esconder de alguna manera su identidad, aunque la daba a conocer públicamente; como si pretendiera que la pudiésemos disfrutar, pero no de una vez; como si sus palabras fueran a permanecer para siempre, pero hubiera que esperar su interpretación; como si las reservara para el momento de la venida de otro, cuando Cristo y sus Palabras quedarán, a la vez, llenas de luz.”
Discernir la presencia de Dios en nuestros acontecimientos
Mons. Rodríguez Plaza ha matizado y subrayado: “No discernimos la presencia de Dios cuando está con nosotros sino después cuando miramos hacia atrás, cuando las cosas se han ido y han concluido. ¡Prodigiosa Providencia, que se hace silenciosa siendo al mismo tiempo eficaz, constante y, sobre todo, infalible!”
Sentido profundamente religioso de la Semana Santa
Don Braulio ha querido insistir en el carácter y sentido profundamente religioso de estos próximos días: “No podemos, pues, entrar en Semana Santa con espíritu de vacaciones porque ya nos sabemos el final de la película. Serán tal vez para algunos o para muchos, días de descanso, pero no deben ser unos días más, porque podemos no percatarnos que viene Dios –siempre está aquí, por otro lado- y nosotros en nuestras ensoñaciones, buscamos excusas.”
Aceptar la salvación de Dios
Don Braulio ha querido concluir su homilía con una interpelación práctica para estos días de Semana Santa: “El mundo va a seguir su curso de costumbre. En las noticias cotidianas no hay rastro del cielo. Ya se encargan de borrar ese rastro. Pero el Espíritu de Dios Bienaventurado está aquí. ¿Por qué no aprovechar la ocasión que se nos brinda de nuevo? Orar, confesar nuestros pecados, aliviar a Cristo en los pobres, recibir la renovación bautismal es posible. El cielo está abierto. Pero hay que mirar hacia él, para volver hacia vosotros la salvación de Dios, que llega, si la aceptamos.”
Para leer la homilía completa del Sr. Arzobispo: pinchar aquí.
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