El Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, reanuda sus cartas semanales a los fieles de la archidiócesis. Este primer escrito semanal está dedicado al mes misionero extraordinario, cuya celebración se prolonga durante todo el mes de octubre.
“Octubre, además, este año nos pone en actitud de ser más conscientes de que un cristiano, si no está preocupado por vivir su fe en el encuentro con Cristo y de que los demás gocen de lo que es nuestra alegría, no es digno de ese nombre. Ya ha pasado la época en la que eran los misioneros los que se ocupaban exclusivamente de anunciar el Evangelio en lugares de misión; los demás a vivir la fe en plan pasivo y a lo nuestro. Hoy, eso no es posible y, además, es nocivo” ha subrayado el Primado.
Todos somos responsables de la Misión
Don Braulio insiste en la vocación misionera de todos los cristianos: “Cada uno de nosotros es responsable de la misión y del testimonio de Cristo, de difundir el modo de vivir del Señor, abierto al Padre, con el Espíritu Santo viviendo en nosotros.”
Igualmente el Arzobispo de Toledo interpela a vivir en profundidad este mes misonero extraordinario: “El mes misionero, que empezaremos en Talavera de la Reina, el día 1 de octubre es una llamada urgente a ser discípulos y misioneros. Es el inicio de este mes especial.”
Vivir y anunciar el Evangelio
Para don Braulio es necesaria, también, la evangelización en la Archidiócesis: “Hay que vivir y anunciar el Evangelio, aquí, en la diócesis de Toledo y en los lugares de primera misión. En estos países, con mayor generosidad e insistencia, pero en Toledo sin dar por supuesto que aquí todos estamos evangelizados, lo que sería un enorme error, sin participar de la responsabilidad de llevar todos el Evangelio. Lo contrario sería considerar a los fieles laicos de segunda división, viviendo la fe sin músculo.”
Vivir intensamente el Mes Misionero Extraordinario
Igualmente, el Primado subraya la necesidad de vivir la misión: “Tenemos que experimentar que, en la medida en que nos implicamos en la misión “ad gentes”, encontraremos lógico anunciar a Cristo en nuestra sociedad alejada de Cristo y que padece el déficit de la alegría y la paz que da solo Dios y el Evangelio.”
Concluye el Arzobispo con una invitación a vivir intensamente el mes misionero extraordinario”Os invito, hermanos, a vivir con intensidad el Mes Misionero, merece la pena. Participad en tantos momentos misioneros de este Mes. No os arrepentiréis. Dios os bendiga.”
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