El arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, presidía el pasado domingo la Eucaristía en la Catedral Primada en la que clausuraba la sexta edición de las Jornadas de Pastoral. En el mismo contexto se ha celebrado la Jornada Mundial del Emigrante. En la ceremonia eucarística han cobrado protagonismo el grupo de personas que forma el secretariado diocesano de Pastoral de Migraciones.
El Primado se refirió a la clausura de las sextas Jornadas de Pastoral: “En ellas hemos visto y considerado nuestra responsabilidad en algo tan importante como es la educación cristiana de las generaciones que llegan a la Iglesia; una educación entera, sin parches, como vía para conseguir la libertad, que es respuesta a un Dios creador y salvador, en vidas plenas, sin ese rompimiento entre lo privado y lo público, entre lo “espiritual” y la carne de nuestra humanidad redimida por Cristo.”
Varios ejemplos de educadores
El arzobispo de Toledo también quiso detenerse en la situación actual: “Queridos hermanos: nuestra generación, como otras, se encuentra en contraste con el medio ambiente imperante. Nos fijamos, pedagógicamente, en la generación de católicos europeos que vivió los años trágicos de la I guerra y su postguerra en el viejo continente. A ella pertenece Pedro Poveda y Giovanni Papini y G. K Chesterton y otros muchos. Es la línea contraria a la desesperación de la “generación perdida” que sólo se quejaba y se desesperaba. Curiosamente, los primeros, todos ellos tuvieron por el contrario para el mundo que les tocó vivir una mirada de esperanza, llena de cálida y reposada mesura; y en nuestro Santo, Pedro Poveda, una mirada ajena a la desesperación y la presunción, esos dos fallos grandes del espíritu humano, tan alejados de la paciencia que salva al mundo. Y tan alejado al Dios que no tiene prisas y espera.”
Referencias a la situación actual del país
Mons. Rodríguez Plaza quiso referirse a la situación social de la primera mitad del siglo XX comentando lo siguiente: “Me interesa subrayar que en las situaciones que afectan a toda una colectividad es más fácil eludir responsabilidades que asumirlas. Esa es nuestra tentación como Iglesia toledana. Y cuando la situación creada afecta a niveles estructurales que rebasan, por ello mismo, las posibilidades del individuo aislado, nunca faltan motivos que avalan como razonable la inhibición.”
Soluciones prácticas
Insistía el Primado: “Lo nuestro no es normalmente la lucha política de partidos. Nos interesa la persona humana, pero sobre todo su dignidad. ¿Tenemos que permanecer indiferentes ante los enormes retos que la educación de la generación actual presente? Juzguen ustedes. Yo considero que no sería un ejercicio de caridad. Pido por la iglesia toledana, por la iglesia en España, por la Iglesia Universal.”
Para acceder al texto completo de la homilía: pinchar aquí.
© Copyright 2017 Arzobispado de Toledo | Aviso Legal | Política de Privacidad | Cookies