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Don Braulio a la Archidiócesis: “Recibid a Don Francisco Cerro como el que viene en nombre del Señor”

Mons. Braulio Rodríguez Plaza ha anunciado esta mañana la aceptación de su renuncia, por parte del Papa Francisco, como Arzobispo de Toledo.

Junto a este anuncio, Don Braulio ha dedicado unas palabras a toda la comunidad diocesana de Toledo.

A continuación el texto íntegro que contiene las palabras que Mons. Braulio Rodríguez Plaza ha dirigido a todos los miembros de la comunidad diocesana.

 

PALABRAS DEL SR. ADMINISTRADOR APOSTÓLICO DE TOLEDO

27 de diciembre de 2019

Un saludo cordial a cuantos estáis en esta sala. Hemos escuchado la decisión del Santo Padre de nombrar nuevo Arzobispo de Toledo. Esta noticia en sí misma no es sorprendente, pues el nuevo Arzobispo, Monseñor Francisco Cerro Chaves, hace el número 121 de los arzobispos toledanos.

Son muchas las veces que el nombramiento de Arzobispo de Toledo ha sucedido. Monseñor Francisco Cerro Chaves ha sido, como muchos saben, Obispo de Coria-Cáceres desde el 2 de septiembre de 2007.

Nació en Malpartida de Cáceres el 18 de octubre de 1957, y fue ordenado sacerdote en Toledo el 12 de julio de 1981. Seguro que fue un día caluroso. Recuerdo bien aquel otro 12 de julio de 2009, en que ordené sacerdotes por primera vez en la Catedral de Toledo. Recuerdo bien el buen calor de ese hermoso día.

La figura del nuevo Arzobispo de Toledo es muy conocida por mí, pues desde octubre de 2002 fui su obispo en Valladolid. Tampoco es una persona desconocida para gran parte de los sacerdotes de Toledo y para muchos religiosos y fieles laicos, pues en nuestro Seminario terminó su formación sacerdotal y aquí, en la Archidiócesis toledana, ejerció el ministerio sacerdotal en sus primeros años como pastor. Desde su ordenación sacerdotal ejerció su ministerio en la parroquia de san Nicolás; fue también en la ciudad toledana colaborador en la parroquia de Santa Teresa y director de la Casa Diocesana de Ejercicios.

Precisamente su personalidad, tras estudiar en Roma Teología Espiritual y defender su tesis doctoral en la Pontificia Universidad Gregoriana (1997), fue enviado en 1989 por el Cardenal Marcelo González Martín a Valladolid, donde mi antecesor en esa Archidiócesis, Monseñor don José Delicado Baeza, le encomendó tarea de director del Centro de Espiritualidad en el Santuario de la Gran Promesa de Valladolid. No sé el dato preciso de su incardinación en el Presbiterio de Valladolid.

En los años que transcurren, pues, entre octubre 2002 y junio de 2009, trabajamos don Francisco y yo, como arzobispo de Valladolid, muy estrechamente no solo en el campo de la espiritualidad, sino en la Delegación de Pastoral Juvenil de la que era delegado. Justo hasta su nombramiento de Obispo de Coria-Cáceres.

En la Conferencia Episcopal Española es miembro actualmente de la Comisión Episcopal de Clero y de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación con la Iglesias. Antes, había sido miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada (2007-2017) y de Apostolado Seglar (2008-2011).

Exhorto de corazón a todos los católicos toledanos desde los arciprestazgos de La Mancha, hasta las parroquias extremeñas en los arciprestazgos de Guadalupe, La Puebla de Alcocer y Herrera del Duque, a recibir a don Francisco como el que viene “en nombre del Señor”.

Recuerdo bien la acogida que me dispensasteis hace diez años y medio, en 2009, como vuestro Obispo. Sacerdotes, vida consagrada y fieles laicos debéis sentir que la Santa Iglesia, por decisión de aquél en quien hoy vive Pedro, el Santo Padre, ha elegido a vuestro nuevo Arzobispo para reemprender la historia multisecular de esta Iglesia de Toledo.

Él necesita ahora de vosotros, como lo necesité yo. La Sucesión Apostólica es la que garantiza siempre la vida de la Iglesia, esa comunión que tenemos en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, “cum Petro et sub Petro”, “Cum episcopo et sub episcopo”.

Muchas gracias a todos.

 

 

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