Mons. Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo, dedica su escrito semanal al Adviento y a la preparación inmediata de la Navidad: “Tenemos que preparar la Navidad no con luces y espectáculos, como hace la cultura dominante, porque ese tiempo de preparación, curiosamente, muchas veces acaba el 24 de diciembre con la Nochebuena. Dejemos ya la fácil celebración que poco tiene que ver con la entraña del Nacimiento del Hijo de Dios.”
Don Braulio apostilla lo siguiente: “Celebrar la Navidad es celebrar la inauguración de una nueva forma de ser hombre y mujer, que es cabal y verdadera, que nos renueva cada año. La novedad de Jesucristo está en la convivencia de Éste con Dios como Padre cercano y en el reconocimiento del amor fraterno como norma suprema y permanente en todos los momentos y todas las circunstancias de la vida.”
Que no se escape el verdadero sentido de la Navidad
El Primado subraya lo más importante de los próximos días que se avecinan: “Los católicos no podemos dejar que se nos escape de las manos el gran sentido de la Navidad Cristiana. A veces tiene uno la impresión de que la Navidad la han inventado los comercios, o la publicidad, y que empieza cuando el Ayuntamiento enciende las luces. Eso tendría que ser la consecuencia, no el origen.”
Navidad bien vivida
De igual manera, el arzobispo de Toledo ofrece pautas concretas de cara a la celebración del Misterio de la Navidad: “Una Navidad bien vivida tiene que ser un tiempo de oración y piedad, de renovación y acción de gracias. Hay que ir a la “misa del gallo” o la misa de la fiesta del 25 de diciembre; hay que vivir el mensaje de fraternidad y de paz que Cristo trajo a la tierra, para que brille de alguna forma esta luz de la nueva humanidad inaugurada por Jesús.”
El texto completo del escrito semanal: en este enlace.
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