El Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, presidía el pasado 30 de septiembre, la celebración eucarística, en el monasterio de las Madre Jerónimas de Toledo, con motivo de la clausura del XVI Centenario del Tránsito de San Jerónimo.
Varios sacerdotes concelebraron con don Francisco Cerro, entre ellos el Vicario Episcopal para el Clero, D. Álvaro García Paniagua.
La misa tenía lugar en la festividad litúrgica de San Jerónimo, doctor de la Iglesia. En palabras de Mons. Francisco Cerro: “uno de los hombres, Padres de la Iglesia, más grandes”.
Don Francisco Cerro subrayaba en su homilía que “Dios actúa como padre” haciendo alusión a los acontecimientos de los últimos meses, con motivo de la pandemia. “Todos los acontecimientos los permite Dios para nuestro bien” insistía Mons. Cerro.
El Arzobispo de Toledo aludía al año preparado, con máxima ilusión por parte de las Madres Jerónimas, con motivo del XVI centenario del Tránsito de San Jerónimo: “Todo es para nuestro bien. Todo es historia de salvación”.
Misa en el convento de San Pablo. Clausura del tránsito de San Jerónimo pic.twitter.com/B192OsJ3Np
— Francisco Cerro Chaves (@Obispofcerro) September 30, 2020
Tres características de la figura de San Jerónimo
Don Francisco Cerro exponía la figura de San Jerónimo, en su homilía, resumiéndola en tres apelativos:
“Hombre de la Palabra”. Mons. Cerro subrayaba que San Jerónimo invita a conocer a Cristo a través de la Escritura. “Se trata de uno de los santos que siempre tienen actualidad en la vida de la Iglesia”, explicaba el Arzobispo de Toledo.
Igualmente, don Francisco Cerro incidía que el santo doctor de la Iglesia es el “Hombre de la Iglesia” porque se caracterizó por su amor al “cuerpo de Cristo que es la Iglesia” y por su amor al Papa. El Arzobispo de Toledo indicaba que “no podemos valorar la cabeza de la iglesia, Cristo, y despreciar su cuerpo que es la Iglesia (…) Cristo es cuerpo y cabeza”.
La tercera característica que exponía sobre San Jerónimo fue que “es el Hombre Contemplativo” e invitaba a leer sus escritos porque “siempre tienen un valor perenne”.
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