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Don Francisco Cerro en la Misa Crismal: “Sed sacerdotes moldeados por la Eucaristía”

JuanF Pacheco

El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves, ha presidido hoy la Misa Crismal en la Catedral Primada. Junto al Primado han concelebrado el arzobispo emérito de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza y el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro.

Más de 200 sacerdotes han participado en la concelebración de la Misa Crismal, quienes han ocupado una de las naves del templo catedralicio.

En el transcurso de la ceremonia, ante el Arzobispo, los presbíteros han renovado las promesas realizadas en el día de la ordenación sacerdotal. Igualmente, Mons. Francisco Cerro ha consagrado el santo crisma y ha bendecido el óleo de los catecúmenos y el de los enfermos.

El Arzobispo de Toledo, al comienzo de la homilía, ha manifestado que se trata “del momento más importante del año, el encuentro con todo el presbiterio” al referirse a esta celebración anual. Don Francisco Cerro ha agradecido a los sacerdotes concelebrantes su presencia “y por estar, aquí, celebrando el día que nació nuestro sacerdocio, unido, inseparablemente, a la Eucaristía y a la Iglesia”.

 

Tres claves para la vida sacerdotal en el Cenáculo

Don Francisco ha presentado la carta dirigida a los sacerdotes con motivo del Jueves Santo y cuyo título es “Santidad: Fidelidad y Felicidad”, escrita con motivo del 30 aniversario del fallecimiento del venerable siervo de Dios, D. José Rivera Ramírez.

Mons. Cerro ha indicado, en su homilía, tres claves en los momentos de la Pasión de Cristo; en Betania, el encuentro de la mujer que rompe el frasco de perfume a los pies de Jesús y en el Cenáculo, donde vemos “a Juan recostando su cabeza en el costado de Cristo y el encuentro del Resucitado con Tomás”.

“Podríamos decir, con toda la teología que desarrolla el Papa Francisco, por tocar el corazón de Cristo,  tocará después la carne de los pobres y de los que sufren” ha subrayado don Francisco Cerro.

 

Sacerdotes moldeados por la Eucaristía

En referencia a la mujer de Betania y en relación con el sacerdocio, Mons. Cerro ha afirmado:”¡Cuánto hemos de valorar nuestro celibato sacerdotal porque es descubrir que el corazón solo lo llena Jesucristo!” .

“¿Puede haber una vida sacerdotal plena si no cuidamos la Eucaristía?” Don Francisco Cerro, en referencia al momento en el que el discípulo Juan recostaba su cabeza sobre el costado de Cristo ha indicado: “La Eucaristía tiene que ser para un sacerdote su locura y su gozo, su alegría y esperanza. Sed sacerdotes moldeados por la Eucaristía“.

En relación con la vinculación de la Eucaristía con el sacerdocio, el Prelado ha insistido: “Solo la intimidad con Cristo en la Eucaristía es capaz de hacer que seamos capaces de digerir nuestros sufrimientos, nuestros escándalos, nuestras miserias”.

 

Sacerdotes concelebrantes en la Misa Crismal

 

El sacerdote, hombre de la comunidad

Don Francisco Cerro ha indicado una tercera clave en la vida sacerdotal: “el sacerdote ha de ser el hombre de la comunidad; agradezco vuestra presencia cuando está presente el obispo, la Iglesia diocesana“.

En referencia a la ausencia del apóstol Tomás en el Cenáculo, tras la Resurrección de Cristo, ha indicado que se trata del lugar “donde acontece Cristo vivo”. “Nuestro sacerdocio es en medio de la comunidad, en medio del presbiterio” ha incididido Mons. Cerro.

El Arzobispo de Toledo ha concluído su homilía dando las gracias a todos los sacerdotes por su entrega y por “ponerse de rodillas ante la humanidad que sufre” y animando a dar la vida “en el Cenáculo, que es la Eucaristía y el sacerdocio”.

 

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