El Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, se dirige a toda la comunidad diocesana a través de su carta dominical. En esta ocasión se centra en la vida consagrada, titulando su escrito semanal de la siguiente manera: “La Vida Consagrada parábola de fraternidad en un mundo herido”.
Mons. Cerro, refiriéndose a la vida consagrada de la Archidiócesis, expresa lo siguiente: “Quiero que os llegue a todos, mi cercanía, oración y bendición por ser “sal de la tierra y luz del mundo” en este tiempo de crisis generalizada que nos ha tocado vivir.”
El Arzobispo de Toledo indica tres claves para vivir “en este tiempo”:
1. “La vida consagrada, pertenece al elemento esencial constitutivo de la Iglesia Santa“: Don Francisco Cerro subraya que las comunidades de vida consagrada “siguen adelante, sembrando esperanza y alentando a todos a poner los ojos en el Señor de la Vida y de la Historia.”
2. “Es verdad que la vida consagrada es una parábola de fraternidad“: El Arzobispo de Toledo insiste que “es necesario que esa parábola se viva uniendo inseparablemente fidelidad y felicidad.”
3. “En un mundo herido la vida consagrada, como la misma Iglesia, como toda la humanidad sin excepción debe apostar por la ruta de la esperanza“: El Primado indica que “hay que permanecer en el Amor y saber que, con Él, la Iglesia y nuestros Institutos o Congregaciones saldremos adelante”.
Para acceder al texto completo del escrito dominical: pinchar aquí.
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