Noticias


Momento de la admisión a las sagradas órdenes - Foto: Seminario Mayor "San Ildefonso"

16 seminaristas son admitidos a las sagradas órdenes. Mons. Cerro les pide ser “pastores de corazón abierto”

JuanF Pacheco

La Catedral Primada ha acogido la celebración eucarística con motivo del IV domingo de Pascua, Jornada Mundial de oración por las vocaciones. La solemne Misa estuvo presidida por el arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves.

En el transcurso de la celebración un total de 16 alumnos del Seminario Mayor “San Ildefonso” fueron admitidos a las sagradas órdenes. El listado de seminaristas mayores admitidos para el orden del presbiterado es el siguiente:

  • Pascual Aguilar de Paz
  • Javier Alhambra García
  • Jorge Casitas Atencia
  • Darío de la Encina Gómez
  • Ramón García-Atance Santa María
  • Luis Gil Borrallo
  • Francisco José Gómez Sánchez
  • Juan Guerrero Díaz-Pintado
  • Diego Gutiérrez Duro
  • Javier Moro Martín
  • Pedro Muñoz Carreras
  • Miguel Ángel Novillo Rivera
  • Daniel Oporto Rodríguez
  • Rodrigo Rodríguez García
  • David Tello Segura
  • Jérémie Abumwami, de la diócesis de Gitega (Burundi)

Mons. Cerro ha dado comienzo a su homilía recordando el momento de su rito de admisión que tuvo lugar, siendo seminarista mayor, en la toledana parroquia de Santiago, el Mayor: “Lo recuerdo con mucho cariño”. A continuación ha felicitado a todos los candidatos a las sagradas órdenes y “con vosotros a nuestro Seminario (…), a vuestros padres y párrocos”.

El Arzobispo de Toledo ha insistido en su homilía que “solo cuando nos abrimos, como el Corazón de Cristo, a nuestro mundo, seremos bendecidos por el Señor”. Así ha querido invitar a la Iglesia diocesana a ser misionera, en el contexto de la Jornada de oración por las vocaciones nativas, que también celebra hoy la Igleisa. “Cuanto más misionera es una diócesis, más bendecida es por el Señor” ha apostillado Mons. Cerro.

 

Tres claves en el domingo del Buen Pastor

Don Francisco Cerro ha glosado el evangelio del IV domingo de Pascua explicando que siempre le ha impresionado el texto “porque habla de tres maneras de vivir nuestra vocación cristiana”.

La primera de las claves subrayadas es la figura de los “pastores que son asalariados“; don Francisco ha insistido que a ellos “no les importan nada las ovejas”. “Más que servir, se sirven. Esto puede ocurrir en todas las vocaciones”.

Dirigiéndose a los seminaristas que se disponían a ser admitidos a las sagradas órdenes ha subrayado: “Sed sacerdotes, nunca asalariados. Sed sacerdotes con el corazón, como el Buen Pastor”. Y también les ha indicado: “Si queréis ser buenos pastores, tenéis que ser buenas ovejas ahora y dóciles a los Pastores porque si no sois dóciles ahora, ¿cómo vais a poder exigirlo a vuestras ovejas?”

El Primado también insistía en que “una persona que tiene espíritu indómito es un asalariado”.

La segunda de las claves que ha expuesto el arzobispo de Toledo es la de los “pastores asalariados que son pastores de puertas cerradas“. Y ha insistido, nuevamente, a los presentes: “Sed sacerdotes, vida consagrada y cristianos de puertas abiertas, de corazón abierto (…) ¡Qué importante es que seáis pastores de corazón abierto, de puertas abiertas!”

Por último, recordando al papa Juan Pablo II y al papa Francisco ha subrayado la necesidad de ser “pastores con olor a oveja”. También les ha instado a ser “pastores según el corazón de Cristo”. Para don Francisco Cerro “nunca hemos de desanimarnos” y “huir de las tres D, la del desánimo, la del desaliento y la de la desconfianza”.

El broche final de la homilía fue la historia de un sacerdote libanés, cuya historia impactó a don Francisco Cerro cuando la leyó en la revista “El siglo de las misiones”.

 

Pin It
Cáritas Toledo
Delegación de Familia y Vida
Delegación de Apostolado Seglar
Delegación de Catequesis