En su escrito semanal, el Sr. Arzobispo rememora la audiencia privada que el Santo Padre concedía el pasado 26 de junio al grupo de mujeres separadas y divorciadas de la Archidiócesis.
Mons. Braulio Rodríguez comienza su escrito dando detalles de los momentos previos al encuentro con Francisco: “Nos esperaba sin protocolos, en una sala pequeña. Hasta allí llegamos, nerviosos porque faltaban algunas mujeres y temíamos que no llegaran por los problemas de abordar un taxi y el tráfico de Roma. “Sin protocolos”, apuntó un secretario del Papa. Nos sentamos silenciosos y expectantes. No sabíamos qué sucedería y cómo sucedería”.
El Sr. Arzobispo detalla que explicó al Papa el origen de este grupo que forma parte de los distintos proyectos de trabajo pastoral de la delegación diocesana de Familia y Vida: “Le presenté cómo surgió el grupo de mujeres “Santa Teresa” y concluí que estábamos allí para “platicar” con el Papa de lo que estas mujeres llevan en su corazón. Son mujeres separadas o divorciadas, con hijos que están, tal vez, bajo su custodia, si son pequeños”.
D. Braulio ha subrayado lo siguiente: “Recuerdo que Francisco razonaba diciendo que los hombres y mujeres no tenemos vocación de permanecer heridos; hemos de acostumbrarnos a vivir con la cicatriz que produjo la herida, porque la cicatriz puede dar dignidad. El perdón es difícil, pero va a la herida y a quien hirió. Es un camino y una gracia de Dios ese perdón. No se puede perdonar sin una gracia de Dios”.
El Plan Pastoral Diocesano es el meollo de este tipo de actividades y así lo expone el Sr. Arzobispo: “Me gustaría subrayar que cuantos intervinieron en el encuentro (Delegado de familia y vida, el grupo “Santa Teresa”, Vicario Judicial, etc.) insistieron en que esta experiencia pastoral ha nacido como parte de la pastoral familiar de la Diócesis, formando parte de esta Delegación”.
También Mons. Braulio Rodríguez ha querido destacar dos cosas importantes para tener en cuenta: “Primera: este grupo de mujeres querían agradecer al Papa después de haber sido sumamente reconfortadas con la lectura de “Amoris Laetitia” personalmente y en su encuentro mensual. Ahí está la historia del grupo, cuando las primeras decidieron crearle. Allí contaron su historia, tal vez llorando, pero siendo acogidas y sintiendo que no están solas. Segunda: hay que seguir adelante como grupo y abrirse a tantas otras mujeres y hombres que viven este drama de la ruptura matrimonial; para ello hay que salir, acoger, escuchar, acompañar”.
Las palabras de agradecimiento son el colofón del escrito dominical de esta semana: “Nosotros sentimos que este encuentro con aquel en el que hoy vive Pedro es impagable, y su disponibilidad inaudita. Nos sentimos queridos y agraciados. Muchas gracias a Su Santidad el Papa Francisco”.
Aquí se puede leer el texto completo del escrito semanal.
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