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Madre Trinidad, fundadora de la Obra de la Iglesia

Funeral por la Madre Trinidad, en la Catedral Primada, en la tarde del 10 de diciembre

JuanF Pacheco

La Catedral Primada acogerá una misa de funeral por el eterno descanso de Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, fundadora de la Obra de la Iglesia.

Madre Trinidad fallecía en  la ciudad de Roma, en la madrugada del pasado 28 de julio de 2021. Su capilla ardiente fue instalada en la Casa de San Pedro Apóstol , sede de La Obra de la Iglesia en Roma. Durante cuatro días cientos de personas, llegadas de diversos países, quisieron rezar ante su cuerpo y despedirse de ella.

Sus exequias se celebraron en la basílica mayor de san Pablo Extramuros, en Roma, el domingo, 1 de agosto, presididas por Mons. Cesare Nosiglia, arzobispo de Turín y obispo de Susa. Junto al prelado, concelebraron varios obispos y un nutrido grupo de sacerdotes. Fueron más de 1000 fieles los que participaron en esta misa de exequias.

 

Madre Trinidad rodeada de un grupo de consagradas de la Obra de la Iglesia

 

La Obra de la Iglesia en la archidiócesis de Toledo

Desde el pontificado del cardenal don Marcelo, la Obra de la Iglesia cuenta con una casa en la ciudad de Toledo, en la calle Trinidad.

La Obra de la Iglesia es una institución de derecho pontificio fundada por la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia. Está formada por tres ramas de vida consagrada: sacerdotal, masculina y femenina. Igualmente la Obra de la Iglesia cuenta también con grupos de personas casadas, solteras, consagradas a Dios privadamente, jóvenes y niños. “Todos con la misma misión de vivir profundamente su ser de Iglesia en una vida sencilla, siempre al lado del Papa y los Obispos, para ayudarles con su vida y su palabra a hacer la obra que Cristo les encomendó”. Así lo resume Isabel González, consagrada de esta realidad eclesial.

“La casa de Toledo recibe el nombre de casa de irradiación apostólica al tratarse de una casa donde no vivimos habitualmente. Desde Madrid se ejerce la labor apostólica, desde donde un grupo de consagradas se traslada para compartir las charlas y ponencias de Madre Trinidad a todos los que quieran enriquecerse y conocer profundamente el dogma de la Iglesia y el amor hacia la Iglesia” abunda González.

La labor de la Obra de la Iglesia también se ejerce en diversos monasterios y conventos de la archidiócesis. Son un nutrido grupo de religiosas de vida contemplativa quienes comparten “la profundidad de Madre Trinidad acerca del amor a la Iglesia” matiza Isabel González. Un total 15 conventos de vida contemplativa femenina reciben la visita periódica de las consagradas de la Obra de la Iglesia, sumándose así al carisma de este movimiento eclesial.

 

Juan Pablo II bendice a Madre Trinidad

 

Semblanza de la Madre Trinidad

Trinidad Sánchez nació en la localidad sevillana de Dos Hermanas, el 10 de febrero de 1929.

A los seis años, mientras jugaba, unas amigas le pintaron los ojos con cal y estuvo a punto de perder la vista. Desde entonces asistió al colegio únicamente de oyente, siendo esa la única formación que recibió.

En 1943, cuando contaba catorce años comenzó a trabajar en la zapatería «La Favorita», el comercio familiar situado en su localidad natal. Allí estará hasta 1955, cuando, con veintiséis años se desplaza a Madrid acompañando a uno de sus hermanos. Anteriormente, a los diecisiete años, durante la víspera de la Inmaculada Concepción de 1946, sintió la llamada de Jesucristo y ella se entregó sin reservas y quedó consagrada a Dios por completo.

En 1959, con treinta años, experimentó en Madrid una vivencia mística, que marcó el origen de la que sería su fundación: La Obra de la Iglesia. Cuando se anunciaba en la Iglesia el Concilio ecuménico Vaticano II, ella recibió estas palabras: «Vete y dilo, esto es para todos». Trinidad Sánchez, una mujer sin instrucción, ni renombre, ni estudios teológicos, comenzó a transmitir a todos cuantos se acercaban las verdades del cristianismo que Dios le había revelado porque «urge presentar el verdadero rostro de la Iglesia, desconocida por la mayoría de sus hijos».​

El Papa san Juan Pablo II, en el decreto de Aprobación Pontificia, quiso señalar aquel día, 18 de marzo de 1959, como el principio de La Obra de Iglesia, a pesar de que la Madre Trinidad no pensaba entonces en una fundación.

Uno de los momentos más emocionantes de su vida fue la bendición de san Juan Pablo II, que quiso visitarla, estando enferma en su propia habitación. Fue el 15 de diciembre de 1996.

La Madre Trinidad falleció en la madrugada del 28 de julio de 2021, en Roma.

 

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