El Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, nombraba, el pasado 9 de septiembre, nuevos delegados diocesanos de Familia y Vida. Se trata del matrimonio, perteneciente a la parroquia de Consuegra, formado por José Mínguez Baeza y Rosario Palomino Moraleda, quienes tienen dos hijos de 14 y 11 años.
Toda la familia tiene una especial vinculación con la parroquia consaburense, participando en peregrinaciones parroquiales, actividades de verano, consejo pastoral, catequesis, coro, etc.
Vinculados a Cursillos de Cristiandad
José Minguez Baeza, (Madrid, 1972), al que todos llaman “Pepote”, procede de la parroquia de Illescas, donde vive su infancia y juventud. Es licenciado en ciencias químicas, especializado en bioquímica y biología molecular. Desarrolla su actividad profesional en un laboratorio farmacéutico.
Durante su adolescencia y juventud colabora en distintas actividades de su parroquia de origen, además de participar activamente como parte del equipo de la delegación de adolescencia y juventud (SEPAJU), de la que fue nombrado subdirector en 2005.
A partir del año 2012, empieza a formar parte de la delegación diocesana de Apostolado Seglar, donde ha formado parte del equipo de trabajo hasta este año.
Rosario Palomino Moraleda, Charo, (Toledo, 1977) es natural de Consuegra, donde ha vivido su fe, vinculada, desde su infancia, a la parroquia de Santa María, la Mayor, donde, actualmente, es catequista de Confirmación.
Ejerce como maestra de educación musical y tiene formación musical en varios instrumentos como el saxofón, la guitarra, etc.
Charo y José se conocieron en un Cursillo de Cristiandad en el año 2004 y contrajeron matrimonio 4 años mas tarde.