La Archidiócesis celebraba, el pasado 30 de septiembre, la Jornada Diocesana de Oración por el Cuidado de la Creación bajo el lema “Que la justicia y la paz fluyan”. Esta celebración se enmarcaba en el contexto del período ecuménico instituido por el papa Francisco en 2015, el Tiempo de la Creación, que se desarrolla desde el 1 de septiembre al día de la festividad de san Francisco de Asís, el 4 de octubre.
Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, participaba en esta Jornada, organizada por la delegación diocesana para el Cuidado de la Creación. Él mismo presidía un momento de oración en la basílica de santa Leocadia, que contó con un momento de adoración eucarística.
El prelado compartió una reflexión acerca de la actitud de los cristianos ante la creación y el compromiso en este ámbito. “Sólo si el Señor transforma nuestros corazones, podremos cambiar nuestros estilos de vida y seguir el camino de las bienaventuranzas, que hablan también de justicia y de paz” indicaba Mons. Cerro.
Don Francisco Cerro felicitaba a la delegación para el Cuidado de la Creación, animándola a seguir trabajando en este ámbito del cuidado de la casa común. Para el próximo curso, se espera que esta Jornada tenga el formato de retiro espiritual, presidido por el Arzobispo de Toledo.
Contemplación de la Creación
Los asistentes, después de rezar todos juntos la oración que el Papa propone en la encíclica “Laudato Si´”, pudieron contemplar el paisaje del horizonte, desde el conocido puente toledano de La Cava. El delegado diocesano para el Cuidado de la Creación explica: “Pudimos contemplar el paisaje en su conjunto, el río y márgenes, con sus formaciones y hábitats asociados al cauce fluvial, en definitiva, al agua, elemento básico para la vida, que ha sido tomado este año como referente”.
Igualmente, los participantes de esta jornada diocesana recorrieron parte de la ribera del río Tajo, “contemplando sobre el terreno, la estructura y sucesión de las distintas formaciones vegetales: carrizales, alamedas y olmedas” subraya el delegado diocesano.
Desde la delegación diocesana para el Cuidado de la Creación indican que esta celebración ayuda a valorar el ecosistema y disfrutar de los valores naturales que cuenta. Por otro lado, esta actividad ayudó a denunciar los impactos que el ecosistema sufre como consecuencia de un desarrollo desordenado.
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