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La Catedral Primada ha acogido la celebración de la Jornada de la Infancia Misionera

Archidiócesis de Toledo

La Archidiócesis acogía el pasado domingo, 31 de enero, la celebración de la Jornada de la Infancia Misionera. El acto central tenía lugar en la Catedral Primada, a las 12 de la mañana, con la concelebración eucarística presidida por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves.

Junto al Primado, concelebraban el arzobispo emérito, Mons. Braulio Rodríguez Plaza y el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro. Igualmente se contó con la presencia del vicario episcopal de la Sagra y coordinador del área pastoral de Nueva Evangelización e Iniciación Cristiana, Eugenio Isabel Molero, del deán de la Catedral de Toledo, Juan Miguel Ferrer, y del Director Nacional de Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón.

La Jornada de la Infancia Misionera, en esta ocasión, contaba con el lema “Con Jesús a Nazaret, ¡somos familia!”. La Infancia Misionera es la primera obra conocida en el mundo de solidaridad y ayuda a la infancia, con una premisa clara, que los niños ayudan a los niños; por ello los misioneros siempre están con los niños en todo el mundo, pase lo que pase, y cuentan con los aliados de la Infancia Misionera, millones de niños y niñas entregados para cambiar el mundo.

 

Ser siempre misioneros

Mons. Francisco Cerro Chaves, en su homilía, destacaba que los mejores evangelizadores de los niños son otros niños, pidiendo que todos seamos misioneros, “nosotros, en nuestro ambiente, debemos ser siempre misioneros, porque la Iglesia solo existe para evangelizar, como señalaba Pablo VI en Evangelii Nuntiandi, teniendo todos que anunciar a Jesucristo”. Don Francisco subraya que “necesitamos anunciar a Jesucristo, contárselo a todo el mundo, porque ante los problemas que nos rodean Jesús sigue siendo la noticia, la gran noticia, la única noticia que puede cambiar el mundo, porque sabemos por los misioneros y las misioneras que otro mundo es posible”.

En sus palabras, Mons. Francisco Cerro, se preguntaba, en referencia a la Infancia Misionera, sobre los misioneros y las misioneras, sobre la misión de la Iglesia, destacando que “esta Archidiócesis es de las que más ha potenciado las misiones”, enfatizando en las palabras que solía decir el Cardenal D. Marcelo González, al que escuchó repetir muchas veces que “una diócesis que no es misionera no es una diócesis que quiere el Señor”, porque “una Iglesia que no es misionera no puede identificarse con los sentimientos del corazón de Cristo”.

 

Los niños, evangelizadores de otros niños

Dirigiéndose a los niños y las niñas de la Infancia Misionera, Mons. Francisco Cerro les indicaba que “un niño misionero ama profundamente las misiones, sabiendo que es muy importante que todas las personas conozcan el amor de Jesucristo. Vosotros, los niños, sois lo mejor de la humanidad, que estáis siempre entregando todo con afecto y cariño, además sois los que siempre habéis entendido perfectamente a Cristo, porque tenéis la sintonía del corazón que reconoce a Dios en todos los momentos de vuestra vida”.

Poniendo su mirada en la familia de Nazaret, donde los niños y las niñas en esta Jornada de la Infancia Misionera descubren la alegría de ser cristiano, afirma Mons. Cerro que “los mejores evangelizadores de los niños son otros niños”. Y además indica que “un niño misionero es el que es capaz de decir a Jesús y a la gente a la que ama: te quiero mucho y gracias, pero pensando también a los que no conoce”. Conjugar las dos palabras “querer y gracias” es para Mons. Cerro esencial en la Infancia Misionera. Desde ahí da las gracias a los misioneros y a las misiones que siempre están ahí, en ámbitos difíciles, siendo testimonio de una Iglesia que es misionera, porque si no es misionera no es la Iglesia de Cristo.

 

Semilla misionera plantada por D. Jesús López Muñoz (Sejo)

En esta ocasión la celebración de la Jornada de la Infancia Misionera también sirvió para realizar un sencillo homenaje al que hasta ahora era el Director Diocesano de OMP Toledo y Delegado Diocesano de Misiones, Jesús López Muñoz (Sejo), que falleció repentinamente a principios de este mes de enero.

El Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro, se detenía en la persona de Jesús López Muñoz, Sejo, destacando su trabajo durante años como delegado diocesano de Misiones, dirigiendo esta “parcela tan importante de nuestra diócesis, y en la que Sejo hizo una preciosa labor”. Indicaba que “él moría esa noche tremenda de la tormenta, se nos iba para seguir siendo misionero en el Cielo”, añadiendo que “realmente estamos sufriendo, pero también, como les dije a su familia, estamos viviendo un dolor esperanzado” con la confianza puesta en el Señor.

Tuvo el Arzobispo de Toledo mención de la parroquia de “Sejo”, la de La Puebla de Montalbán, y también de su pueblo, Burujón, que comparten dolor pero esperanza en esta situación de la partida tan repentina de Sejo. Sobre la figura de este misionero, Mons. Cerro Chaves añadía que estuvo muchos años de misionero en Perú, lugar desde el que han escrito muchos obispos y misioneros para unirse a la Archidiócesis de Toledo y reconocer su constante trabajo y compromiso en la animación misionera.

 

 

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