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Encuentro de la comunidad diaconal en la parroquia de santa Teresa

La comunidad diaconal diocesana inicia el curso pastoral en la parroquia de santa Teresa

JuanF Pacheco

La toledana parroquia de santa Teresa de Jesús acogía, el pasado 7 de octubre, el inicio de curso de formación de la comunidad diaconal diocesana. El encuentro estuvo presidido por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, quien animaba a todos los participantes a realizar una correcta formación. 

En el encuentro también participaba el provicario general y vicario episcopal de Toledo, D. José Fernando González Espuela, director-responsable de la comisión diocesana para el diaconado permanente. Él presentaba la programación para este curso pastoral e impartía una ponencia sobre el ministerio diaconal.

Los participantes fueron el diácono permanente, Cristóbal Bargueño, junto con su esposa Encarnación Martín, pertenecientes a la parroquia de Esquivias. Igualmente acudían los candidatos al diaconado permanente: Benito Bravo, acompañado de su esposa, Mª Belén Núñez, ambos de la talaverana parroquia de los santos Mártires; Germán Guerrero, de la parroquia de Sonseca; Sebastián Enrique Rubio, de la toledana parroquia de santa Bárbara; Iván Alonso, junto con su esposa Laura Pérez, de la parroquia de Noblejas; y Juan Miguel Herrera, acompañado de su esposa Mª Dolores López, que pertenecen a la parroquia de Valmojado.

 

Los diáconos, colaboradores de los sacerdotes en la tarea evangelizadora

Mons. Cerro, al comienzo del encuentro, solicitaba a la comunidad diaconal unirse al año sacerdotal, invitando a la lectura y reflexión de la carta pastoral “Testigos de la misericordia divina”. El prelado les recordaba que el diácono es colaborador del presbítero en la tarea evangelizadora.

El Arzobispo de Toledo subrayaba las tres claves en la vida del diácono permanente: unión con Cristo desde la vida sacramental y la oración; formación permanente; y la colaboración de la mujer del diácono permanente casado en el ministerio diaconal. Mons. Cerro recordaba que la vocación del diácono permanente casado tiene dos pulmones: el sacramento del Orden y el sacramento del Matrimonio. 

Posteriormente, D. José Fernando González ofrecía una reflexión sobre el ministerio diaconal en la Iglesia, situando la figura del diácono permanente desde su sacramentalidad, insistiendo en el servicio a través de la Liturgia, la Palabra y la Caridad.

La última parte del encuentro fue el trabajo conjunto sobre la formación a través de los itinerarios formativos: el curso propedéutico del aspirante; el curso de preparación específica diaconal; este año, concretamente acerca de la liturgia; y el curso de pastoral, donde se abordará la dimensión parroquial, arciprestal y diocesana en la misión del diácono permanente.

 

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