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Durante los pasados 5 al 7 de abril, el grupo de Marías de los Sagrarios y los Discípulos de San Juan (UNER) de la Archidiócesis de Toledo han peregrinado hasta Sevilla tras las huellas de San Manuel González. El lema ha sido: “Pero no huí… ¡Ahí está Jesús! ¡No dejadlo abandonado!”.

Palomares del Río fue el primer lugar a visitar, donde se encuentra el “primer Sagrario Abandonado” o cuna de la experiencia carismática que le llevaría al obispo Manuel González a fundar la obra eucarística para acompañar y reparar el abandono de los sagrarios. Allí tuvieron la suerte de contar con el testimonio de su párroco D. Miguel, ordenado por San Juan Pablo II y de adorar al Santísimo, venerando también algunas reliquias de San Manuel. Participaron también un grupo numeroso de fieles de la Unión Eucarística Reparadora de esa parroquia sevillana. Allí tuvo lugar la Santa Misa en la que se incorporaron ocho nuevos miembros.

El día 6 de abril viajaron hasta Sevilla para visitar la Catedral de la capital andaluza. El recorrido del sábado terminó en la Calle Vidrio, junto a la placa de la casa natal del obispo de los sagrarios abandonados, y en la parroquia de San Bartolomé donde fue bautizado y donde se venera la imagen de la Virgen de la Alegría. La jornada concluía con la hora santa y el testimonio de la Hermana Pilar Brieva, misionera eucarística.

Finalmente, el domingo 7 de abril,  tenía lugar la peregrinación hasta el convento de las Hermanas de la Cruz, donde reposan los restos de Santa Ángela de la Cruz y Santa María de la Purísima. Una vez celebrada la Misa en honor de la Divina Misericordia, las Marías y los Juanes pasaron a recorrer los patios de las Hermanas de la Cruz contando con la guía y el testimonio de una de ellas.

El próximo 1 de mayo, miércoles, tendrá lugar en el Seminario Menor de Toledo la Asamblea diocesana de Marías y Juanes para la renovación de la Junta Diocesana, comenzando con la comida, la elección y la Santa Misa.

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