Durante el pasado fin de semana, del 7 al 9 de febrero, se llevaba a cabo la peregrinación diocesana de adolescentes y jóvenes al Santuario del Cristo de Urda. Fueron más de 300, los jóvenes y adolescentes los que participaban en esta actividad organizada por la delegación diocesana de adolescencia y juventud, SEPAJU y que este año adquiere un carácter especial por ser Año Jubilar en el santuario urdeño.
Más de 300 jóvenes de #ArchiToledo que han participado en la Peregrinación Diocesana de @sepaju junto con d. Braulio pic.twitter.com/08xAZKGM01
— Archidiócesis de Toledo (@planpastoral) February 9, 2020
Itinerario desde Madridejos y Consuegra
El punto de partida de la peregrinación fue la localidad de Madridejos en la tarde del 7 de febrero. “Antes de comenzar la marcha, los adolescentes tuvieron la oportunidad de meterse de lleno en la peregrinación por medio de la explicación del lema Haced lo que Él os diga, en el cual se profundizó en las famosas palabras de María en el episodio de las Bodas de Caná”. Así explican desde la delegación de pastoral juvenil el primer momento importante de esta actividad diocesana.
A continuación todos los participantes empezaron su camino para realizar una parada en Consuegra, donde fueron acogidos, además de participar en una velada nocturna.
Acogida en el Santuario Jubilar
El sábado, 8 de febrero, los peregrinos caminaron desde Consuegra hasta el Santuario de Urda. Fueron recibidos y acogidos por el rector, D. Juan Alberto Ramírez, quien les dedicó unas palabras de bienvenida. A continuación todos los jóvenes accedieron al Santuario atravesando la Puerta Santa.
Las actividades de la tarde se dividieron en una parte lúdica y en un rato de adoración eucarística en el propio Santuario, durante una vigilia de oración preparada conjuntamente con las Hermanas de “María Stella Matutina” de Almonacid.
El último día de la peregrinación, el domingo 9 de febrero, contó con talleres formativos y con un flashmob.
El broche final de la peregrinación tuvo lugar con la misa presidida por el administrador apostólico, Don Braulio Rodríguez Plaza. Se trataba del último acto del Arzobispo con los jóvenes de la Archidiócesis.
Don Braulio animó a los jóvenes a ser sal en la tierra y luz en el mundo. La Delegación de Pastoral Juvenil aprovechó para hacer un regalo a Don Braulio por todos estos años: una mitra con el logo de la delegación, para que les tuviese siempre presentes. “Se trata del agradecimiento, por parte de los jóvenes de la Archidióceis, hacia don Braulio por su acompañamiento durante los más de diez años que ha pastoreado nuestra Iglesia Diocesana” explica D. David Sánchez, delegado diocesano de juventud.
La peregrinación culminó con el acto de envío, tras el cual, todos los participantes se dispusieron a volver a sus lugares de origen.