Las Cáritas y los Secretariados de Migraciones de las diócesis españolas comunican que la presión sobre Canarias con respecto a los menores no acompañados y jóvenes ex tutelados es cada vez mayor. En cuanto a los menores inmigrantes no acompañados, que son responsabilidad de la comunidad autónoma, según la Dirección General del Menor, son 2.235 los menores tutelados.
Al cumplir los 18 años muchos de estos jóvenes, solamente en Gran Canaria unos 1.000 y otros tantos en los próximos meses, terminan en situación de calle. En muchos casos, sin la madurez, capacitación, ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso al mercado laboral.
Sin más plazas de acogida ni posibilidad de abrir más centros o pisos tutelados a corto plazo, la situación en las islas es cada vez más desesperada. Desde las dos diócesis canarias se favorecen varios recursos para la acogida, el acompañamiento y la inclusión social de jóvenes ex tutelados o no, que se encuentran en situación o grave riesgo de exclusión social. Trabajando con el objetivo de ofrecerles oportunidades que contribuyan a superar con éxito los obstáculos, tanto personales como del entorno, para su plena inclusión social y laboral. Pero tampoco son suficientes.
La Iglesia en las Islas Canarias constata con preocupación este gran desafío, agravado por el factor insular y de frontera europea del archipiélago, que puede ser utilizado como cárcel sin muros donde contener a jóvenes migrantes a los que no se les facilita el tránsito a la Península o a otros países de Europa para proseguir su proyecto de vida; sea por su falta de recursos o por las trabas burocráticas a distintos niveles de las administraciones públicas.
Propuestas de las diócesis de las Islas Canarias
Como respuesta creyente a esta realidad, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia, los obispos de las Islas Canarias, han acordado lo siguiente:
A las puertas del Adviento, tiempo de acogida, encomendamos a la Virgen María, – que con San José y Jesús Niño vivieron la experiencia de ser familia migrante y refugiada en Egipto-, a los menores y jóvenes migrantes, con el deseo y esperanza de que su situación tenga la solución adecuada a su dignidad humana.
– Mons. José Mazuelos, Obispo de Canarias
– Mons. Bernardo Álvarez, Obispo de Tenerife
24 de noviembre de 2022
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