La catedral basílica de Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza ha acogido, esta mañana, la celebración de las exequias del que fuera obispo auxiliar emérito de Toledo, Mons. Joaquín Carmelo Borobia Isasa.
Los restos mortales de Mons. Borobia han recibido sepultura en la cripta de la catedral basílica del Pilar, tras la celebración de la misa exequial presidida por el arzobispo de Zaragoza, Mons. Carlos Escribano.
Han participado en esta misa exequial de “corpore insepulto” el arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, y el obispo auxiliar, Mons. Francisco César García Magán. Igualmente, el arzobispo emérito de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, y el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro, así como un grupo de sacerdotes de la archidiócesis.
Mons. Joaquín Carmelo Borobia Isasa, obispo auxiliar emérito de Toledo, falleció en la tarde del pasado 23 de abril, en la ciudad de Zaragoza.
Tras conocer el fallecimiento, don Francisco Cerro invitaba a todos los fieles de la archidiócesis primada a orar por su eterno descanso, encomendando su alma a la Divina Misericordia.
Don Francisco, además, ha querido manifestar su agradecimiento al Señor, por los años de servicio que don Carmelo prestó como obispo auxiliar a la archidiócesis de Toledo, “que todavía lo recuerda con cariño y gratitud”.
Rogamos por el alma de Mons. J. Carmelo Borobia, obispo auxiliar emérito de Toledo
Descanse en paz el servidor bueno y fiel. pic.twitter.com/SYfELP41Xj
— Francisco Cerro Chaves (@Obispofcerro) April 23, 2022
Un pastor cercano a la gente
Monseñor Escribano ha destacado en su homilía cómo «don Carmelo supo encarnar la cercanía del pastor desde el deseo de estar con la gente». Esta cercanía se hacía palpable en sus «visitas pastorales a los pueblos de las tres diócesis en las que sirvió como pastor». Así mismo, el Arzobispo ha destacado el «carácter inquieto» de don Carmelo que le hacía preocuparse también por la conservación del patrimonio, «siguiendo él mismo, visitando e impulsando las obras de la catedral de Tarazona».
Tras la celebración de la misa, los restos mortales de don Carmelo han sido trasladados a la cripta del Pilar, donde han recibido sepultura. Monseñor Escribano ha subrayado que de este modo «se cumple también el lema episcopal de don Carmelo: ‘A ti me arrimo’», un lema referido a la Virgen del Pilar por la que monseñor Borobia profesaba un «profunda devoción y una filial confianza».
La sepultura de monseñor Carmelo Borobia se encuentra en el lado de la epístola de la cripta de la catedral mariana, junto a la de Ramón de Pignatelli, hermano de san José de Pignatelli y canónigo benefactor de Zaragoza.
Misa de exequias de Mons Joaquín Carmelo Borobia Isasa, en la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. pic.twitter.com/x30jnsx3sN
— Francisco Cerro Chaves (@Obispofcerro) April 25, 2022
Biografía de monseñor Joaquín Carmelo Borobia Isasa
Nació el 16 de agosto de 1935, en el municipio navarro de Cortes, España. En 1946, a la edad de 11 años, ingresó en el Seminario Menor de Zaragoza, situado en aquella época en la localidad turolense de Alcorisa. Estudió Humanidades y Filosofía en los seminarios de Alcorisa y Zaragoza (1946-1953). Terminó los estudios de Teología en el Seminario de Pamplona, licenciándose más tarde en Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca (1959). Obtuvo la diplomatura en Liturgia en el Ateneo Pontificio San Anselmo (Roma, 1968). Doctor en Teología (Roma, 1970) por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino.
Ordenado sacerdote el 19 de julio de 1959 en Zaragoza, fue párroco coadjutor de Cadreita (Navarra). En 1961 marchó a Madrid como capellán de la iglesia del Espíritu Santo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y se alojó en la Residencia de Estudiantes.
Cinco años después, se trasladó a Roma como becario del Centro Español de Estudios Eclesiásticos de la Iglesia de Montserrat, donde obtuvo la diplomatura y el doctorado. En 1970 pasó a trabajar en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, con Pablo VI, en asuntos de lengua castellana. En 1978 regresó a España al ser designado secretario general de la Archidiócesis de Zaragoza.
El 19 de abril de 1990, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Elo y obispo auxiliar de Zaragoza. Fue consagrado el 9 de junio del mismo año, en la catedral basílica del Pilar, por el entonces arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes.
El 16 de mayo de 1996, el papa san Juan Pablo II lo nombró obispo de Tarazona. Tomó posesión canónica el 7 de julio del mismo año, en el Monasterio de Veruela, que funcionaba como catedral provisional. Entre sus objetivos como obispo de Tarazona, se encontraba la restauración de las iglesias de la diócesis (como las de Calatayud), además de la catedral de Tarazona, y el regreso de los monjes al Monasterio de Veruela, no viendo terminar este último proyecto.
Dimitió al cargo de obispo de Tarazona, el 21 de octubre de 2004; siendo nombrado obispo titular de Rubicón y obispo auxiliar de Toledo. El papa Benedicto XVI aceptó su renuncia por motivos de edad el día 3 de diciembre de 2010. Desde entonces residió en Zaragoza, al lado de la catedral basílica del Pilar.
En la Conferencia Episcopal Española fue miembro de la Comisión Episcopal de Liturgia (1993-2017), de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, en la CEE (1990-1999) y de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural, en la CEE (1999-2014).
Falleció el 23 de abril de 2022, a los 86 años, en Zaragoza, en la festividad de san Jorge, patrono de Aragón. La capilla ardiente se instaló el día posterior a su fallecimiento en el Salón del Trono del Palacio arzobispal de Zaragoza.
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