El “Hogar Zoe” acogía el pasado 30 de mayo la visita del arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves. Se trata de la institución, que nacía bajo la tutela de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul en 1987, cuando comenzaban su andadura dos pisos de acogida en la ciudad de Toledo “destinados a personas con problemas de drogadicción, con escasos recursos y a medio camino entre la prisión y la calle”. Así lo explica Sor María del Castillo Dorantes, religiosa Hija de la Caridad, responsable de la comunidad que atiende esta labor socio-caritativa.
Desde 1993, el “Hogar Zoe” se estable en su actual ubicación, en el monte de San Bernardo, a las afueras de la ciudad de Toledo.
Sor Castillo explica que la visita de don Francisco Cerro “fue un auténtico gozo porque todos los formamos parte del Hogar acogimos con mucho agradecimiento a nuestro Arzobispo, quien de una manera muy sencilla supo llegar a todos, tanto trabajadores como residentes”.
La visita comenzaba a las 10 de la mañana con la celebración de la Eucaristía dominical, para posteriormente mantener un diálogo con los residentes.
Sor Castillo Dorantes subraya que “D. Francisco Cerro tenía muchas ganas de visitarnos. Fue él mismo quien, a pesar de su apretada agenda, manifestó mucho interés en conocernos y pasar un tiempo con todos los residentes”.
Encuentro fraterno, diálogo, testimonios y eucaristía con @Obispofcerro arzobispo de Toledo, con la gran familia de la Comunidad terapéutica del hogar Zoe. #osocialessv pic.twitter.com/bomIVlrvPa
— Hijas de la Caridad (@hijascaridadsv) May 30, 2021
Más de 25 años ayudando a jóvenes con dependencia a la drogadicción
Esta institución, a partir de 1991, es una comunidad terapéutica homologada por la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, pasando a colaborar con el plan regional de drogas desde su inicio.
“Hogar Zoe” ayuda a jóvenes con problemas derivados de la dependencia a las diferentes drogas y su finalidad es rehabilitar a los jóvenes “para que puedan vivir su vida con normalidad y salir de los problemas personales, de salud, judiciales, etc; que encuentren un futuro con color, lejos de las amarguras que llevan aparejadas las drogas”. Así resume Sor Castillo Dorantes la labor que desarrollan las Hijas de la Caridad en este centro de rehabilitación.
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