La ciudad de Talavera de la Reina ha contado con la presencia del obispo auxiliar de Toledo, Mons. Ángel Fernández Collado, quien ha presidido la solemne Misa de este día en la Iglesia Parroquial de Santa María La Mayor. Junto a Mons. Fernández Collado han concelebrado el Vicario Episcopal de Talavera, D. Felipe García, el arcipreste de la ciudad, D. Luis Mariano Gómez y los sacerdotes que trabajan pastoralmente en la ciudad de la cerámica.
Durante su homilía, el obispo auxiliar de Toledo, ha subrayado que “nuestras comunidades cristianas necesitan de la Eucaristía para proseguir en el camino de la renovación misionera que la Iglesia viene realizando a lo largo de los siglos.”
También ha querido Don ángel Fernández apuntar la necesidad de vivir a diario la comunión eclesial en las comunidades cristianas: “Es preciso seguir el camino “recomenzando” desde Cristo, es decir, desde la Eucaristía. Caminemos con generosidad y valentía, buscando la comunión dentro de nuestras comunidades y dedicándonos con amor al servicio humilde y desinteresado de todos, especialmente de las personas más necesitadas.”
Tras la concelebración eucarística ha comenzado la solemne procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de la ciudad cuyo recorrido ha comenzado en la Plaza del Pan hasta llegar a la Basílica de Nuestra Señor del Prado, patrona de Talavera.
Alocución durante la Procesión Eucarística
Un momento especial de la procesión del Corpus talaverano es la bendición que imparte el obispo auxiliar tras dirigirse al pueblo asistente con unas palabras desde el estrado dispuesto para este momento.
El obispo auxiliar ha aprovechado esta ocasión para hablar del día de la Caridad y de la necesidad de vivir el amor cristiano en la sociedad. Así ha exhortado, Mons. Fernández Collado, a los católicos talaveranos que participaban en la procesión eucarística: “El modo de vivir y amar cristianamente lo necesita nuestra sociedad de forma muy urgente. A los cristianos nos incumbe la responsabilidad de amar a los demás como lo hizo Cristo; de vivir con justicia las relaciones humanas, de encarar también los sistemas económicos sin olvidar la fraternidad universal.”
Espiritualidad de comunión y acogida fraterna
El obispo auxiliar ha insistido en la necesidad de vivir la espiritualidad de comunión: “La espiritualidad de comunión que debe ser algo vivo en nuestras comunidades parroquiales nos empuja tener un corazón abierto y universal para acoger a todos – especialmente los excluidos, los parados, los migrantes, los refugiados- y para integrarlos en nuestra comunidad, en nuestra familia cristiana, haciéndolos partícipes de ella con todos sus derechos y con todas sus posibilidades.”
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