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La Catedral Primada ha acogido este sábado, 29 de agosto, solemnidad de san Pedro y san Pablo, la ordenación de ocho nuevos presbíteros y cinco diáconos, todos alumnos del Seminario Mayor “San Ildefonso”.

La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves, quien estuvo acompañado del obispo auxiliar, Mons. Francisco César García Magán y del arzobispo emérito, Mons. Braulio Rodríguez Plaza.

Los nuevos sacerdotes son: Pascual Aguilar de Paz, Jorge Casitas Atencia, Luis Gil Borrallo, Francisco José Gómez Sánchez, Diego Gutiérrez Duro, Miguel Ángel Novillo Rivera, Daniel Oporto Rodríguez y Rodrigo Rodríguez García.

Por otro lado, el listado de los neo-diáconos está conformado así: Adrián Bujaldón Berruezo, Samuel Crespo Gómez-Escalonilla, Ángel Luis Izquierdo Mínguez, Ángel Márquez Fernández y Juan Pablo Martín Moreno.

Todos ellos fueron presentados, ante el Primado, por parte del rector del Seminario Mayor, D. Álvaro García Paniagua, quien solicitaba, tras la proclamación del Evangelio, la ordenación de los 13 candidatos.

 

En el día de san Pedro y san Pablo

Mons. Cerro recordaba al comienzo de su homilía rememoraba el día de su ordenación sacerdotal de manos del cardenal don Marcelo. Recordaba que es “un día que marca nuestro camino sacerdotal”.

“La figura de Pedro y Pablo son iluminadoras para vuestra vida sacerdotal” indicaba el Arzobispo a los ordenandos.

“A Pedro le marca la vida un episodio, la llamada en el lago; igualmente a Pablo, cuando Cristo le pregunta ¿por qué me persigues?”

“Pedro pone su mirada en Cristo, en medio de la tormenta. Pero cuando comienza a dudar, se hunde. Por eso no podemos dudar de quién nos ha elegido” ha exhortado el prelado.

“En cuanto a Pablo, él tendrá que aprender que cuando descubrió a Cristo, tiene que descubrir su propia oscuridad y tendrá que entrar en Damasco cogido de la mano, con docilidad”. Ha abundado don Francisco.

“Sin la Iglesia no hay camino de conversión” ha repetido durante su homilía.

Mons. Cerro ha subrayado, igualmente: “La comunión con Pedro, nunca debe ser cuestionada. Nunca debemos atravesar esa línea roja de la comunión con Pedro. Siempre con Pedro”.

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