El P. Luis María Mendizábal Ostolaza, SJ fallecía a los 92 años en Alcalá de Henares el pasado 18 de enero. Su años de pertenencia a la compañía de Jesús ascienden a 77. Permaneció en la Residencia de Padres Jesuitas de la ciudad de Toledo durante 17 años (desde 1994 a 2011) durante los que ejerció una influencia espiritual en muchos sacerdotes, religiosas y seminaristas.
D. Pelayo Rodríguez, consiliario diocesano del Apostolado de la Oración, responde a una serie de preguntas acerca de la vida y labor del P. Mendizábal, SJ a quien muchos consideran un Apóstol del Corazón de Cristo y un Maestro de Teología Espiritual.
.- ¿Cómo resume la labor pastoral y sacerdotal del P. Mendizábal en la archidiócesis?
Ha sido una labor muy grande y amplia porque el cardenal don Marcelo lo tuvo como uno de sus grandes colaboradores. Prueba de ello fue su intervención en las Semanas de Teolgía Espiritual promovidas por el CETE (Centro de Estudios Teológicos) preparándolas e impartiendo la parte espiritual.
En el Seminario Mayor dio muchas tandas de Ejercicios Espirituales juntamente con la experiencia de los Ejercicios Espirituales de mes que formó de una manera muy especial a muchos sacerdotes. Por otro lado, también ayudó muchísimo su enseñanza y vivencia de la centralidad del Misterio del Corazón de Cristo y la llamada que tenemos todos los cristianos a colaborar con Él por medio del ofrecimiento de nuestra vida que es precisamente la finalidad principal del Apostolado de la Oración.
Durante sus años de residencia en Toledo se encargaba de dar los retiros espirituales a los sacerdotes de la Vicaría de Toledo; hablaba con muchos sacerdotes, etc.
.- ¿Fue grande la influencia del Padre Mendizábal en los sacerdotes y religiosas de la archidiócesis?
La influencia espiritual del Padre Mendizábal, en muchos sacerdotes de la archidiócesis, fue muy grande porque muchos se dirigían espiritualmente, se confesaban y hablaban personalmente con él. Le consultaban muchas cosas. Por tanto, de una manera muy sencilla, ayudó mucho a los sacerdotes.
De igual manera, las religiosas de la archidiócesis, porque muchas de ellas han recibido tandas de Ejercicios Espirituales e igualmente consultaban muchos temas con él.
.- ¿Qué importancia tiene el trabajo del Padre Mendizábal en el Apostolado de la Oración?
Colaboró mucho en el establecimiento del Apostolado de la Oración en la archidiócesis. Él consideraba que el Apostolado de la Oración formaba parte de de la vida pastoral de la diócesis y de ahí que siempre quiso que el consiliario fuese un sacerdote diocesano. Siempre que podía participaba en las Jornadas Diocesanas del Apostolado de la Oración impartiendo las charlas formativas; de esta manera pudo ver cómo crecía y se fundamentaba esta labor y cómo servía de ayuda para muchas personas.
Fue él quien durante 25 años trabajó para dar sentido y contenido profundo y teológico sobre el Apostolado de la Oración. Es decir: a darle razón de ser. En otras palabras: a no quedarse simplemente en una mera devoción o una espiritualidad particular sino a darle contenido profundamente teológico.
Botón de muestra son sus obras publicadas y especialmente el libro “El ofrecimiento del Apostolado de la Oración a la luz de la teología actual de la redención.” Es el valor que él daba y la importancia que tenía para él.
Se encargó de extender muchísimo el Apostolado de la Oración en muchas diócesis: sobre todo dándole sentido y estructura a través de encuentros diocesanos como un momento de comunión diocesano. También sirvió de mucho su trabajo en la revista “Reino de Cristo” que él convirtió en el órgano oficial del Apostolado de la Oración y donde daba una serie de contenidos.
.- ¿Se puede considerar al P. Mendizábal un Apóstol contemporáneo del Corazón de Cristo?
Sin lugar a dudas. Podríamos decir que el Padre Mendizábal, a través de sus tandas de Ejercicios Espirituales, introducía siempre la devoción al Corazón de Jesús. De esta labor ingente y del modo de vivir esta espiritualidad surgiría el movimiento de Jóvenes por el Reino de Cristo y que se extendería también a familias y adultos. En la actualidad este movimiento sigue reuniendo a muchas personas; podríamos decir que animadas por el espíritu del P. Mendizábal.
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