El centro diocesano de Apostolado Seglar de la Archidiócesis acogía, el pasado 23 de noviembre, un encuentro en el que se presentaba la participación de la Archidiócesis de Toledo en el próximo Congreso Nacional de Vocaciones que se celebrará durante los próximos 7 al 9 de febrero, en Madrid.
El lema del Congreso es “¿Para quién soy?” y reunirá a más de 3.500 personas de toda España. Está organizado por la Conferencia Episcopal Española y tiene como objetivo promover una renovada cultura vocacional en la Iglesia.
Enviados por la Iglesia diocesana de Toledo
En el encuentro mantenido en los salones de la toledana parroquia de san Julián, el vicario episcopal para Laicos, Familia y Vida, D. Enrique el Álamo informaba de cuál ha sido el proceso de elección de los representantes, con “el propósito de representar a toda la Archidiócesis y de ser altavoces en cada una de nuestras realidades, “haciendo ver que teneos que pasar del pienso, luego existo, al soy llamado y por eso vivo”, como indica el Documento de Trabajo de preparación al Congreso.
Igualmente, D. Enrique insistía en la necesidad de tener muy presente que los participantes son enviados por la Iglesia diocesana de Toledo, por los obispos; de ahí el compromiso de “revertir en nuestra Archidiócesis todo lo aprendido y vivido en este Congreso, dando lugar a la creación de nuestro Servicio de Pastoral Vocacional en la Archidiócesis de Toledo”.
Del Álamo ha recordado la importancia de las diferentes fases del Congreso de Vocaciones: “el precongreso, el congreso y el postcongreso servirán para consolidar en las iglesias locales un trabajo sinodal que anime la vida
vivida como vocación, promoviendo todas las formas de vida cristiana en
comunión”.
Por otro lado, el sacerdote D. José Benito, sacerdote operario diocesano, miembro del servicio nacional de vocaciones de la Conferencia Episcopal Española y de la comisión ejecutiva del Congreso, daba a conocer los objetivos generales del Congreso y animó a trabajar todos juntos, durante los meses previos al Congreso “sabiendo que hemos sido llamados y por lo tanto tenemos una responsabilidad de invitar a descubrir el valor de la vocación”.
En este sentido, los congresistas trabajarán, durante el mes de diciembre, unas fichas de discernimiento; en el mes de enero se desarrollará un encuentro de trabajo y comunión preparatorio a “esta fiesta de la Iglesia”.
Participantes de la Archidiócesis
Son 50 personas las que representarán a la Iglesia diocesana de Toledo. Los laicos serán 22: cuatro matrimonios, seis miembros del equipo de la delegación diocesana de Apostolado Seglar, cuatro representantes de la delegación diocesana de Adolescencia y Juventud, dos miembros de la delegación diocesana de Misiones y otros dos de la delegación diocesana de Catequesis.
En cuanto a los presbíteros y diáconos serán un total de 11 congresistas: siete sacerdotes, un diácono permanente y tres seminaristas.
La vida consagrada estará representada por nueve miembros: siete religiosas y dos vírgenes consagradas.
En relación a la curia diocesana, participarán el vicario episcopal para la vida consagrada, el vicario episcopal para el clero, el director del secretariado diocesano de pastoral vocacional, el delegado diocesano de adolescencia y juventud, el delegado diocesano de catequesis, el delegado diocesano de Misiones, y los delegados diocesanos Familia y Vida.
Cabe destacar que tanto el vicario episcopal para laicos, familia y vida y el vicario episcopal para la Evangelización participarán en el evento, sin ocupar propiamente una plaza, ya que forman parte del organización del Congreso en diferentes comisiones.
Objetivos del Congreso de Vocaciones
El gran objetivo de este Congreso es celebrar una gran fiesta de la Iglesia que la muestre como “asamblea de llamados”, pues eso quiere decir la palabra
Iglesia-Ecclesia: asamblea de los llamados.
Desde la organización subrayan que esta iniciativa ayudará a recordar cómo el Señor sigue llamando -a la vida, a la fe y a la misión- y, por ello, la vida cristiana es vocación, más aún, la vida es vocación, en cuanto se vive como respuesta a una llamada.
El segundo gran objetivo del Congreso es impulsar y consolidar en cada una de las diócesis un servicio que anime la vida vivida como vocación y promueva los distintos caminos vocacionales.
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