“Family Night” es una iniciativa de evangelización que organiza la Delegación Diocesana de Familia y Vida. Este mes de octubre ha cumplido tres años esta iniciativa “de anuncio expreso del amor de Dios, de anuncio del kerygma” tal como subrayan los organizadores.
La cita de este mes de octubre tenía lugar el pasado viernes, día 13, en la parroquia mozárabe de Santas Justa y Rufina de la ciudad de Toledo, comenzando a las 10 de la noche.
Evangelizadores en las calles de la ciudad
Miembros de la Delegación de Familia y Vida explican cómo se desarrolló la labor esa noche: “En el pórtico, espacio donde se situaba el equipo de acogida, colocamos la mesa con las herramientas de evangelización: las velas, los bolígrafos, el papel para escribir las peticiones, las medallas de la Virgen de la Milagrosa, estampas, tarjetas de visita con los datos de contacto de la delegación de familia y vida, junto con el pan de la palabra: pequeños trozos de papel de muchos colores, enrollados, que contenían versículos de la Escritura, que entregábamos a los invitados para su lectura.”
Estuvieron un centenar de evangelizadores junto con varios sacerdotes y seminaristas. Miguel Ángel Almendro, uno de los coordinadores de esta iniciativa de Nueva Evangelización, matiza: “Comenzamos con la alabanza a Dios y la petición de envío del Espíritu Santo, tanto sobre nosotros, pues sin Él nuestras palabras son yermas, como sobre nuestros hermanos, a los que el Señor nos pondría en el camino; porque solo si el Espíritu Santo ha trabajado antes sus corazones, nuestro anuncio podría dar su fruto.”
Labor evangelizadora en equipo
Mientras que unos salían a la calle por parejas, otros oraban dentro del templo, delante del Señor expuesto en la Eucaristía.
Miguel Ángel Almendro subraya lo siguiente: “Nuestro anuncio por las calles se realizaba entre las 23 horas y la 1 de la madrugada, cerca de la plaza de Zocodover, en la calle Comercio, en la subida de la calle Toledo Ohio, en la calle de la Plata. Pudimos comprobar cómo personas de toda condición accedieron a pasar al Templo y a encontrarse con el Señor, incluidos los que se confesaban, directamente, agnósticos o ateos.”
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