Me es muy grato presentar la nueva página web de la archidiócesis de Toledo que, tras un largo proceso de diseño y desarrollo, sale a la luz precisamente en este día, víspera de la celebración del Corpus Christi según el calendario litúrgico del venerable rito hispano-mozárabe. Tradición y nuevas tecnologías se unen en un día como hoy para hacer presente en nuestro mundo el anuncio siempre nuevo y actual de la Buena Noticia.
La Iglesia, al realizar el anuncio del Evangelio a los hombres y mujeres de todas las culturas y de todos los tiempos, es como el padre de familia que saca del cofre lo nuevo y lo antiguo (Mt 13, 52). En todas las épocas, con mayor o menor acierto, la Iglesia de Toledo ha querido que el Evangelio se entendiera en las circunstancias concretas de cada momento, sin depender de ellas. Y de su acción evangelizadora hemos recibido tesoros únicos que forman parte ya del patrimonio espiritual y cultural de todos.
Una de esas aportaciones es, sin duda, la venerable liturgia hispano-mozárabe que vamos a celebrar este jueves en la Catedral Primada. Nos sitúa ante nuestras raíces como pueblo de Dios en camino, obediente al mandato del Señor, que nos envía a ser apóstoles y evangelizadores. Liturgia, arte, religiosidad popular… Lo hemos recibido en la tradición de la Iglesia y en ella nosotros somos partícipes de la herencia de la fe que nos legaron cuantos nos precedieron. Si hoy podemos recibirla es porque ellos fueron capaces de adaptarse a las exigencias de sus tiempos; supieron entender los signos de los tiempos y discernir adecuadamente para hablar a los hombres y mujeres de cada época con los lenguajes que cada momento demandaba.
También nosotros hoy debemos sentirnos herederos de esta misión y comprometidos a continuarla, aunque nos exija muchos esfuerzos y no pocos sacrificios. San Juan Pablo II supo entender el momento de nuestra historia y dejó sentadas las bases para afrontar los retos que las nuevas tecnologías nos presentan en el anuncio del Evangelio. El número 37 de su encíclica “Redemptoris missio” es referencia definitiva que marca el camino de la presencia de la Iglesia en los “nuevos areópagos” de la comunicación.
Es cierto que en el año 1990, cuando el Papa escribía, muchas de las tecnologías de que hoy disponemos no eran sino proyectos en germen y, por supuesto, en aquel momento para muchos ni siquiera era posible concebir el desarrollo que ha alcanzado la red ni la gran influencia en la opinión pública de las redes sociales. Pero la intuición del Papa era clarividente y absolutamente acertada cuando constataba que “el primer areópago del tiempo moderno es el mundo de la comunicación, que está unificando a la humanidad y transformándola —como suele decirse— en una «aldea global». Los medios de comunicación social han alcanzado tal importancia que para muchos son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales. Las nuevas generaciones, sobre todo, crecen en un mundo condicionado por estos medios”.
Y añadía: “El trabajo en estos medios, sin embargo, no tiene solamente el objetivo de multiplicar el anuncio. Se trata de un hecho más profundo, porque la evangelización misma de la cultura moderna depende en gran parte de su influjo. No basta, pues, usarlos para difundir el mensaje cristiano y el Magisterio de la Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta «nueva cultura» creada por la comunicación moderna. Es un problema complejo, ya que esta cultura nace, aun antes que de los contenidos, del hecho mismo de que existen nuevos modos de comunicar con nuevos lenguajes, nuevas técnicas, nuevos comportamientos sicológicos” (RM 37).
La archidiócesis de Toledo, gracias a las iniciativas de mis predecesores en las últimas dos décadas, ha procurado responder a estas exigencias que formulaba san Juan Pablo II; ha realizado grandes esfuerzos para estar presente en los medios de comunicación social para asumir los retos de la nueva evangelización formulados por el Papa y, al mismo tiempo, ofrecer un servicio desinteresado a la sociedad de nuestro tiempo. Así, a las realidades diocesanas en el ámbito de la comunicación social se suma ahora esta nueva página web de nuestra archidiócesis. Una década y media después de las primeras experiencias realizadas, en primer lugar, gracias a las iniciativas particulares de algunos sacerdotes que se consolidaron después en nuestra primera página web hace más de diez años, hoy podemos presentar esta nueva realidad, adecuada ya a las posibilidades que brinda el desarrollo tecnológico conforme a las exigencias del tiempo presente.
Que esta nueva página web sirva, como el resto de nuestros medios de comunicación diocesanos, para suscitar la comunión en nuestra Iglesia y para el anuncio eficaz del Evangelio en el tiempo presente.
Braulio Rodríguez Plaza
Arzobispo de Toledo, Primado de España
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